GALICIA

Activistas portan máscaras blancas y despliegan zapatos rojos para denunciar la violencia de género

Una decena de personas con máscaras blancas y rodeadas de zapatos rojos de todos los tamaños han denunciado la violencia de género en Santiago de Compostela

Una decena de personas con máscaras blancas y rodeadas de zapatos rojos de todos los tamaños han denunciado el "silencio" de aquellas mujeres y niños víctimas de la violencia de género este miércoles en Santiago de Compostela, después de que la asociación gallega Ve-la luz se reuniese con representantes políticos en el Parlamento de Galicia.

En fila, las manifestantes han guardado su anonimato tras antifaces para indicar que "cada día, en el silencio de los hogares, se siguen cometiendo abusos a las mujeres porque no se denuncian ni se saben por miedo", según ha leído una mujer frente a la Cámara autonómica.

"Mujeres somos, mujeres seremos, pero en la casa no nos quedaremos" ha sido el lema con el que han alzado la voz dos de las integrantes de la asociación, que se ha hecho eco de una campaña internacional que visibiliza la causa a través de zapatos rojos.

Según ha explicado la presidenta de Ve-la luz, Gloria Vázquez Juraria, la pretensión ha sido diferenciar la campaña de las del resto del territorio español al colocar zapatos de menores, para denunciar que "ellos también son víctimas de la violencia de género".

"Tengo 41 años y sufrí abusos sexuales durante mi infancia. Veinte años después, la pesadilla se repite de nuevo con mi hija, por parte de mi anterior marido", ha relatado una mujer, que ha censurado que "el escudo de los maltratadores es el silencio de la sociedad".

Al respecto, Vázquez Juraria ha proclamado que "lleva siete años atendiendo a mujeres y puede asegurar que, aunque tengan muchos motivos para ser drogadictas, un índice pequeño cumple ese perfil". "Es una forma de generalizar y culpar a la víctima", ha indicado.

PROPUESTAS ANTE LOS PARLAMENTARIOS

La representante de Ve-la luz ha denunciado a los medios su disconformidad con que los partidos "los utilicen de cebo político" y con el servicio de oficio, que no es "digno ni adecuado".

En este sentido, ha reivindicado antes los parlamentarios que haya ayuda 24 horas para las víctimas por parte del colegio de abogados y de psicólogos. También ha reclamado la necesidad de ampliar los juzgados especializados para los casos de violencia machista, rotación del personal y una revisión del sistema de ayudas para las víctimas.

Otra de las propuestas realizadas en el Pazo do Hórreo ha sido que un porcentaje de las contrataciones laborales de la administración se reserven para víctimas de violencia de género.

LOS MENORES, VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA 

"Siento que he sido un vientre de alquiler para el que hoy es mi verdugo", ha explicado una mujer en referencia a su hija, cuya custodia tiene el padre y a la que no permite ver a su familia.

Paralelamente, otra mujer ha expuesto que tras perder la custodia de su hija porque alegaron "falsamente" que no tenía tiempo para ella, ahora, será apartada porque marchará para Italia con su padre.

En este contexto, las activistas han reclamado a los diputados que se apliquen medidas para la protección de menores como el "cierre inmediato" de las casas de acogida, y que los puntos de encuentro familiares se limiten a su función como centros para conflictos leves, ya que, en la actualidad, han denunciado que el 90 por ciento de las personas que residen allí son víctimas de violencia con sus hijos.

En su lugar, han pedido "la correcta aplicación" del Convenio de Estambul y que se establezcan regímenes de alquiler, además de reclamar que la administración negocie con hoteles para hospedar a mujeres y niños durante las 24 horas de los casos de violencia.

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