Trató de acabar con la vida de su pareja primero asfixiándola y después clavándole unas tijeras
Un hombre acusado de intentar matar a su novia en Boqueixón (A Coruña) en 2015 ha reconocido hoy su culpabilidad, aunque ha asegurado que no recuerda nada porque sufre un trastorno mental diagnosticado, por lo que toma medicación.
El procesado, para el que la Fiscalía pide quince años de internamiento en un centro psiquiátrico, ha confesado ante la sección primera de la Audiencia provincial de A Coruña que es culpable, pues a pesar de que no recuerda nada, sabe que él estaba solo en casa con su pareja cuando la encontró con numerosas heridas.
Su defensa solicita que, aunque se declare culpable de homicidio en grado de tentativa, se considere la circunstancia eximente de trastorno mental, igual que la Fiscalía, por lo que espera que lo internen en un centro psiquiátrico donde se evalúe periódicamente su estado.
La acusación particular, en cambio, pide que pase veinte años en prisión por un intento de homicidio con la circunstancia agravante de parentesco.
La Fiscalía reconoce que el acusado, de 27 años, padece un trastorno esquizofreniforme que hizo que sus facultades intelectivas y volitivas estuviesen anuladas la noche de la tentativa de homicidio, el 20 de junio de 2015.
En aquel momento, cuando llevaba más de dos años de relación con su pareja, supuestamente le clavó unas tijeras en la cabeza, la nuca, la garganta y el pecho, entre otras partes del cuerpo.
El acusado ha reconocido que "tenía paranoias" y pensaba que todo el mundo estaba en su contra: "Lo veía todo como si estuviera en una película", ha confesado.
"Aquella noche cenamos, estuvimos hablando, luego fui a tomar la medicación y fue cuando pasó todo. Me encontraba mal por la angustia que tenía todos los días, pero no discutimos. No recuerdo qué pasó, tengo flashes", ha continuado.
Ha asegurado que se acuerda de haber encontrado a su novia "en el suelo de la cocina, con sangre" y que ella le dijo que "estaba bien" y que dirán que "habían entrado a robar", por lo que él se lesionó en la pierna izquierda.
Durante la vista oral del juicio, el acusado ha reconocido que se intentó suicidar una semana antes, que lo frenó su padre y que luego también quiso hacerlo después.
Su pareja, la víctima de lo ocurrido, ha dicho que él nunca le había puesto "la mano encima", aunque sí había habido "malos comportamientos" y discusiones.
Ha afirmado que la había querido dejar por celos, aunque ella insistió en continuar la relación, y ha añadido que discutieron precisamente de ese asunto la noche de la agresión.
Ante el tribunal ha declarado que estaba medio dormida cuando su pareja la sorprendió primero intentando asfixiarla y posteriormente con numerosas heridas con unas tijeras, por lo que le pidió que parase al tiempo que le prometía que se casaría con él y que no contaría nada, aunque huyó en cuanto pudo.
