VIGO

Adiós al tobogán de Samil 25 años después

El tobogán de agua, ayer en plena operación de desmontaje.
photo_camera El tobogán de agua, ayer en plena operación de desmontaje.

La atracción nunca tuvo permiso ni pasó revisiones de seguridad

 El tobogán de Samil nunca fue legal pero pese a ello dio servicio durante 25 años. Hasta el verano pasado, en que fue precintado y ordenada su demolición, que ayer se inició. Como es conocida, la concesión era explotada por San Remo, que tendrá que hacerse cargo de los costes de su desmontaje, que culminará en cuestión de días. 

Se inauguró con Manuel Soto en la Alcaldía y se convirtió en el símbolo de la renovación de Samil, la playa urbana de Vigo, con nuevas dotaciones de hostelería, piscinas y merenderos en el pinar. Y funcionó  aunque nunca tuvo licencia municipal por problemas urbanísticos al parecer sin solución. 

En 2012, durante un inventario de los bienes municipales, saltó la sorpresa: al revisar las condiciones de explotación de bienes e infraestructuras, para actualizar el régimen y los plazos de las cesiones de uso, así como las concesiones públicas, se descubrió que el tobogán de Samil funcionaba sin autorización administrativa, ni licencia municipal. En consecuencia, en las más de dos décadas que estuvo abierta la atracción, no pasó ninguna revisión de las medidas de seguridad.

Como único control se establecían una serie normas e indicaciones en un cartel: No podían descender niños pequeños solos y de quienes, sin saber nadar, no hiciesen pie en la piscina de 1,40 de profundidad. Se prohibía su uso en grupo, pararse en mitad del recorrido o tirarse de cabeza. Se indicaba el paso exclusivo por la entrada oficial y  se destacaba la autoridad del monitor.

La Gerencia de Urbanismo ordenó el precinto de la atracción, pero la concesionaria recurrió. Fue entonces, hace un año, cuando el Juzgado de lo Contencioso Administrativo dio la razón al Concello.

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