Los tres municipios llevan a Santiago su rechazo contra la línea que se construye en sus lindes

Arbo, Monçao y Melgaço unen fuerzas contra la alta tensión

Carlos Negreira. (Foto: CABALAR)
Vecinos del municipio de Arbo (Pontevedra) y de los portugueses Monção y Melgaço marcharon por las calles de la capital gallega con pancartas, cruces y ataúdes para demandar la retirada del proyecto de una línea de alta tensión, desde Fontefría hasta la frontera lusa, de 400 kilovoltios. Los participantes, más de un centenar, exigieron con pancartas y consignas la paralización de esta construcción que Red Eléctrica Española y Red Eléctrica Nacional pretenden 'pasar por encima' de sus viviendas y de sus tierras, 'en algunos casos a menos de veinte metros'.
Tres serían las parroquias de Arbo con mayor afectación, Barcela, Sela y Cabeiras, y, en algunos casos, se contravendría el consejo de que para salvaguardar la salud de las personas haya un mínimo de 400 metros, puesto que 'en sitios esto va a menos de veinte metros de las casas'. El electromagnetismo que produce esta línea, comentaron los convocantes, es perjudicial para la salud de las personas, pues es causa de distintos tipos de cáncer, de demencia, infertilidad y malformaciones en fetos, apuntaron, y agregaron que estos son hechos más que suficientes para que se busquen alternativas y se construya la línea por lugares donde no habiten personas y el riesgo para la salud no exista.

'Hay muchos lugares por donde puede ir sin que cause daño', dijo el portavoz, Agapito Valado, 'y por eso no es entendible que nos metan este proyecto por una zona muy poblada'. 'Nosotros lo que queremos es que se construya la línea pero por un sitio en el que no afecte ni a las viviendas ni a los viñedos' incluidos en la Denominación de Origen Rías Baixas.

Así, recordó que se elevó la protesta 'incluso a Madrid', a través del Congreso de Diputados, y que 'estamos esperando, pero el tiempo se va alargando y a nosotros no se nos da una solución adecuada al problema'. Subrayó que se manifestaron ante la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra y ahora 'ocupamos las calles de la capital de Galicia en actitud cívica para dar a conocer nuestro problema de salud pública y medioambiental'.

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