Fernández Padín afirma que la operación 'se hizo por nuestro compromiso, y a cambio, ni un DNI'

Arrepentidos del 'caso Nécora' se manifiestan abandonados

Manuel Fernández Padín, con Carmen Avendaño en 1994. (Foto: ARCHIVO)
El arrepentido arousano Manuel Fernández Padín, principal testigo de cargo en el caso por la Operación Nécora, aseguró en una larga carta remitida a este diario que tanto él como el otro testigo protegido, Ricardo Portabales, se encuentran 'enfermos y tirados' 20 años después haber participado activamente en las declaraciones contra los principales jefes del narcotráfico.
Fernández Padín se queja del trato recibido y curiosamente 'exculpa' a Laureano Oubiña, a quien dice no conocer, 'porque que se sepa, no causó la muerte de ningún toxicómano' y 'no está condenado por tráfico de drogas de las consideradas peligrosas'.

Padín, natural de Vilanova y de 53 años, está gravemente enfermo y aunque ya superó una cirrosis hepática gracias a un trasplante de hígado hace un año padece una fuerte psicosis maníaco-depresiva fruto de sus años de consumidor de estupefacientes entre los 22 y los 24 años. Se siente 'un pringado' que tuvo la valentía de acusar y denunciar durante el juicio de la Operación Nécora. Su situación actual es compleja, ya que después de 20 años ha perdido el sueldo y la protección que percibía del Ministerio del Interior pero no puede volver a su tierra, donde todavía teme por su cabeza.

Señala Fernández Padín el abandono que sufren él y Ricardo Portabales: 'Que no piense la opinión pública que tanto Portabales como yo estamos viajando alrededor del mundo o en un crucero por el Caribe, sino que (estamos) enfermos y tirados. 20 años de protección policial para acabar haciendo una chapuza, como suele ser habitual en nuestros gobernantes. Ni tan siquiera (nos dieron) un DNI nuevo, así suelen proceder. No nos matan de momento porque no quieren. A día de hoy, no sé quiénes son los buenos y los malos. Mejor dicho, sí lo sé', añade.

En todo caso, reclama su protagonismo y el de Ricardo Portabales en la mayor acción contra el tráfico de drogas, la Operación Nécora, que 'no fue fruto de la investigación de la Policía ni de ningún organismo del Estado, ni siquiera de Baltasar Garzón ni de Javier Zaragoza. Fue fruto de la colaboración y la denuncia de dos ciudadanos, Ricardo Portabales y Manuel Fernández Padín'. Explica en la carta que ambos 'señalaron con el dedo, mirando a la cara, con la presencia y el testimonio durante el juicio de la Casa de Campo de Madrid. Que nadie se equivoque ni se confunda'. Y añade: 'Los jueces y fiscales no actúan por sospechas ni pancartas ni rumores ni porque haya más o menos manifestaciones o griterío. Para procesar y más todavía para condenar a alguien hacen falta pruebas o denuncias, cargando uno con las consecuencias de las mismas. La Operación Nécora se hizo por nuestro fuerte compromiso y a cambio nada. En la foto principal no salimos, se pusieron delante los políticos de los noventa'.

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