Los dos hombres armados que atracaron ayer la sucursal de Caixa Galicia en Friol (Lugo) realizaron un butrón en la parte de atrás para acceder a la oficina y llevaban puesto un pasamontañas. Así lo explicó, en declaraciones a los medios de comunicación, el alcalde del municipio lucense, Antonio Muíña Pena, que indicó que los atracadores accedieron a la oficina, ubicada en la Avenida de A Coruña, por un butrón realizado en un bajo deshabitado ubicado en un patio que da a la parte de atrás de la sucursal.
Los atracadores, según precisó el regidor municipal, estaban esperando a los empleados de la oficina, el director y dos empleados, a los cuales ataron de pies y manos cuando llegaron a la entidad. Los individuos iban armados con una escopeta recortada, según informaron fuentes policiales, y con un cuchillo, según apuntó el alcalde, pero no emplearon la violencia con los empleados, que apuntaron que tenían acento 'de aquí'.
El atraco se produjo sobre las ocho de lamañana y fue precisamente uno de los trabajadores, tras perpetrarse el robo y una vez logró librarse de las ataduras, el que logró comunicarse con la Guardia Civil.
HUIDA EN UNA FURGONETA
Varias patrullas del instituto armado se trasladaron hasta la zona para recoger huellas en la oficina bancaria y tratar de localizar a los atracadores que, según testigos, huyeron en una furgoneta blanca.
Por el momento no se ha cuantificado el botín con el que huyeron pero, según comentó el alcalde de Friol, 'es un día ordinario' y no había 'más dinero en la oficina' de lo 'habitual' en una sucursal rural cuando no es día de cobro, por lo que se supone que el montante no debió de ser muy abultado.
El atraco se produjo sobre las ocho de lamañana y fue precisamente uno de los trabajadores, tras perpetrarse el robo y una vez logró librarse de las ataduras, el que logró comunicarse con la Guardia Civil.
HUIDA EN UNA FURGONETA
Varias patrullas del instituto armado se trasladaron hasta la zona para recoger huellas en la oficina bancaria y tratar de localizar a los atracadores que, según testigos, huyeron en una furgoneta blanca.
Por el momento no se ha cuantificado el botín con el que huyeron pero, según comentó el alcalde de Friol, 'es un día ordinario' y no había 'más dinero en la oficina' de lo 'habitual' en una sucursal rural cuando no es día de cobro, por lo que se supone que el montante no debió de ser muy abultado.
