CRÓNICA

En una parroquia lucense bendicen los baches: "Esto es el camino al Calvario"

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photo_camera El párroco de la localidad lucense de Xermade Luis Ángel Rodríguez Patiño. (ELISEO TRIGO)

El pasado domingo el sacerdote Patiño reunió a sus feligreses para realizar una misa, al aire libre, en protesta por los baches de Xermade

Las gotas de agua bendecida salen del hisopo y caen sobre los baches de la carretera que unen el lugar de Momán, en el municipio lucense de Xermade, y la villa coruñesa de As Pontes, mientras el párroco Luis Ángel Rodríguez Patiño recita una oración para que sean eliminados y, así, sus paisanos no sufran las consecuencias.

Se trata de la vía LU-P-2204, una de las perpendiculares a la línea imaginaria que separa las dos provincias del norte de Galicia y donde el pasado domingo el sacerdote Patiño reunió a sus feligreses para realizar una misa, al aire libre, en protesta por los baches, catorce de los cuales están señalizados con una cruz y un lazo naranja. "Es el camino al calvario", sostiene este cura.

Con el agua bendita en una mano y las cenizas de "todos los que murieron en accidentes de tráfico" en la otra, el párroco acompaña a Efe por la estrecha carretera, en la que él mismo sufrió un percance que casi le deshace la vida y que lo tuvo "paralizado durante cuatro años", en los que no pudo ejercer en las cuatro parroquias que están a su cargo.

El domingo 22 de mayo fue el día escogido para la misa, "primero, porque vienen las elecciones", en las que "todo son promesas que no se hacen realidad" y, segundo, porque el próximo 10 de junio es el día de San Cristóbal, patrón de los conductores, una jornada en la que "la Administración nunca es culpable".

"¿Volverá bien? ¿Le pasará algo? ¿Cómo estará ese coche?" son preguntas que, según Patiño, representan el "sufrimiento" de una madre cada vez que su hijo o hija sale un fin de semana en su vehículo por una carretera como la de Momán, siendo este el motivo por el que en la ceremonia religiosa quiso eliminar la imagen de San Cristóbal y poner la de la Virgen de los Dolores.

"Mi deber es concienciar y decirle a la sociedad y a mi parroquia que tenemos que movernos nosotros y decirle al poder público para que haga algo por los hijos de Dios, que están sufriendo y palpando el dolor en este caso por una carretera, ya que la Administración no lo hace", critica el párroco, en todo momento acompañado por Amador Bañobre, un carpintero que lo ayuda en sus reivindicaciones.

La denuncia de los baches es el último episodio de una vida dedicada, además de a la Iglesia, a defender "al ser humano", aunque en todo momento con los argumentos basados en el Evangelio y en el Catecismo católico, de forma que al único expediente al que le tiene miedo, después de haber recibido varios de sus superiores, es "al de Dios".

Aunque, eso sí, el párroco Patiño vive más aliviado desde la llegada del Papa Francisco, al que considera su "defensa", en el sentido de que lo que diga el obispo de Roma también lo puede decir él, "a otro nivel", en sus parroquias. "Hay gente que le está poniendo palos en la rueda y gente que está a su lado. Igual que me ocurre a mí", explica.

Entre sus últimas propuestas, este cura de 59 años ha pedido la excomulgación del presidente en funciones del Gobierno, Mariano Rajoy, porque "tiene unos medios necesarios para llevar a cabo la defensa del bien común y no los está utilizando", algo que relaciona con los desahucios, cuatro años después de haber representado uno en un Belén porque el Niño Jesús "encarna los problemas del ser humano", dijo entonces.

"Todo está basado en el Evangelio. El quinto mandamiento es `No matarás`. Y no se mata solo directamente, sino también indirectamente. Clama al cielo todo esto", zanja el cura, que antes de ser entrevistado acudió a una de sus iglesias a por un alba blanco y una Biblia, dando cuenta de una notable experiencia en los medios de comunicación.

Entre sus palabras también surgen críticas al celibato, el estado de los religiosos que han hecho voto de castidad, pues argumenta que "no es un derecho divino como dicen los obispos", motivo por el que ironiza con que "puedes estar robando o haciendo daño a la parroquia, que da lo mismo, pero como te vean como una chica..."

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que la pasada semana habló del "imperio gay", también está en su punto de mira: "Un obispo no debe juzgar de esa manera ni hacer daño. Tenemos antes que mirarnos al espejo. ¿Dónde hubo más homosexualidad que a veces en ciertos colegios de religiosos o seminarios?", lamenta sin tapujos.

Señalando a Momán, Patiño incide en que Jesús "también nació en una aldea", en Belén, y llamó a los jerarcas de su tiempo "hipócritas y fariseos", además de apuntarles que "decían una cosa y hacían otra".

Es por ello que jamás se apagará su voz. "¿Hoy o mañana pasa cualquier cosa y veo que están violando los derechos humanos? Ahí estaré. Cuando no lo haga, pobre de mí, es mejor que ya abandone todo mi sacerdocio. Un mandamiento dice que nos amemos los unos a los otros como Dios nos ha amado. ¿Y cómo nos amó él? Hasta el extremo", concluye.

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