El nombre de Anthony Loffredo no es conocido, pero sí el de Black Alien, el "alter ego" en el que se ha convertido después de decenas de modificaciones corporales, muchas de ellas controvertidas e incluso ilegales. Y este "alienígena" ha aterrizado en Lugo para fotografiarse en medio de un tour por esta provincia gallega. De hecho, llegó a la Mariña lucense.
El de Black Alien es un proyecto que su protagonista asume como filosófico e incompleto: de hecho, ha prometido incluso partirse en dos el pene en una carrera hacia la deshumanización, como si distanciarse de lo humano le acercara a las estrellas.
Por el momento, y eso que en diversas entrevistas ha incidido en que es tanto lo que lleva como lo que le queda por delante en su carrusel de operaciones, ya se ha extirpado orejas y orificios nasales, se tatuó casi todo el cuerpo (también los ojos), se ha amputado dedos y se ha hecho implantes en brazos y cabeza.
Buena parte de estas intervenciones no están permitidas por las complicaciones que se pueden derivar de ellas, su cualidad de innecesarias y la imposibilidad de desandar un camino al que el francés Anthony Loffredo ha dedicado su vida.
El propio Black Alien reconoce la sorpresa que despierta en todos los que se cruzan con él; y eso ha vuelto a ocurrir inevitablemente este fin de semana en Lugo, cuando el francés ha aprovechado la tarde del domingo para darse un buen paseo, y quizás también un chapuzón.
