El portavoz del grupo municipal del BNG, Rubén Cela, ha presentado una iniciativa para el próximo pleno municipal en el que insta a que el Gobierno estatal 'revise los acuerdos con la Santa Sede' sobre la exención del pago del IBI por parte de la Iglesia católica. O, en caso contrario, que se compense económicamente o con el traspaso o cesión de los inmuebles desocupados para uso público.
Según ha denunciado, el Ayuntamiento de Santiago deja de percibir al año 850.000 euros en concepto de IBI, correspondiente a los bienes eclesiásticos de uso religioso y al patrimonio histórico catalogado.
Rubén Cela también ha recordado que el Ayuntamiento de Santiago aprobó su plan de ajuste para acogerse a un crédito a largo plazo para poder pagar las deudas a proveedores, con una parte de aumento de ingresos y otra de reducción de gastos. 'La parte de aumento de ingresos se fundamenta en el incremento del recibo del IBI, en el que se contempla 1,9 millones, que saldrán de los vecinos de Santiago', ha indicado.
En su intervención, ha calificado de 'obsoletos' los acuerdos suscritos entre el Estado y la Santa Sede en 1979, mediante los que la Iglesia conserva 'privilegios económicos, como estar exenta del pago del IBI'.
En el caso concreto de la ciudad de Santiago, esta exención supone que el Ayuntamiento deja de tributar por una base imponible de 37,4 millones de euros al año. Si a esta cantidad se le suma el patrimonio histórico catalogado, el ayuntamiento dejaría de percibir lo correspondiente por 142 millones de euros.
De esta manera, con el tipo vigente de impuesto, un 0,6 por ciento, se trata de un 'agujero fiscal para las arcas municipales' estimado en 224.000 en los bienes de uso eclesiástico y de 850.000 euros si se añade lo derivado del patrimonio histórico catalogado de la Iglesia.
Rubén Cela también ha recordado que el Ayuntamiento de Santiago aprobó su plan de ajuste para acogerse a un crédito a largo plazo para poder pagar las deudas a proveedores, con una parte de aumento de ingresos y otra de reducción de gastos. 'La parte de aumento de ingresos se fundamenta en el incremento del recibo del IBI, en el que se contempla 1,9 millones, que saldrán de los vecinos de Santiago', ha indicado.
En su intervención, ha calificado de 'obsoletos' los acuerdos suscritos entre el Estado y la Santa Sede en 1979, mediante los que la Iglesia conserva 'privilegios económicos, como estar exenta del pago del IBI'.
En el caso concreto de la ciudad de Santiago, esta exención supone que el Ayuntamiento deja de tributar por una base imponible de 37,4 millones de euros al año. Si a esta cantidad se le suma el patrimonio histórico catalogado, el ayuntamiento dejaría de percibir lo correspondiente por 142 millones de euros.
De esta manera, con el tipo vigente de impuesto, un 0,6 por ciento, se trata de un 'agujero fiscal para las arcas municipales' estimado en 224.000 en los bienes de uso eclesiástico y de 850.000 euros si se añade lo derivado del patrimonio histórico catalogado de la Iglesia.
