Adicionalmente, los condenados podrán sustituir los seis meses de cárcel por el pago de una multa de unos 1.500 euros.
Un total de dieciséis marineros del cerco han aceptado hoy una pena de seis meses de cárcel por un delito de desórdenes públicos por los incidentes registrados durante una manifestación de este colectivo en Vigo el 6 de marzo de 2014.
Uno de los marineros ha sido condenado además por dos faltas de lesiones sobre otros tantos policías al lanzarles petardos, y a los que deberá indemnizar con 4.000 y 220 euros, respectivamente.
Las partes han llegado a un acuerdo de conformidad que rebaja las penas solicitadas por la Fiscalía, tres años de prisión, y que fija como condición el pago conjunto de 7.377 euros en concepto de responsabilidad civil subsidiaria por los daños producidos en la Delegación de la Xunta, además de no delinquir durante dos años.
Adicionalmente, los condenados podrán sustituir los seis meses de cárcel por el pago de una multa de unos 1.500 euros.
Los dieciséis acusados han reconocido los hechos en el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo, en cuyos exteriores se han concentrado unas 200 personas, la mayoría pertenecientes a la flota del cerco, que amarraron sus barcos para arropar a sus compañeros.
El presidente de la Asociación de Armadores del Cerco de Galicia (Acerga), Juan José Blanco, uno de los procesados, ha expresado a la conclusión de la vista oral que, "dentro de lo malo", están "satisfechos", aunque no del todo, porque, ha alegado, "consideramos que tendríamos que salir absueltos porque no hicimos daño".
Blanco ha avanzado que la flota del cerco seguirá "luchando" por las cuotas y compartiéndola con "los compañeros que no tienen nada hasta que esto se solucione".
Antes del juicio, Blanco había manifestado que "el daño más grande" que pudieron causar los marineros del cerco en Vigo fue que no tenían autorización administrativa para manifestarse aquel día.
Según se recoge en el escrito de calificación provisional de la Fiscalía, unas 400 personas marcharon desde el puerto pesquero del Berbés hasta la Delegación de la Xunta, donde exigieron hablar con algún responsable político y al no ser recibidos, empezaron los disturbios.
Los marineros, según la Fiscalía, lanzaron piedras, petardos, trozos de adoquines y plomos de pesca tanto hacia el edifico de la Xunta como hacia los agentes de policía que lo custodiaban.
A uno de los acusados, F.C., le atribuye la quema de una bandera de la Unión Europea tras bajarla del mástil, y a A.P. el lanzamiento de al menos tres petardos que impactaron en otros tantos agentes de la Policía, dos de los cuales reclamaron indemnización.
Además de estos tres, "gran parte" de los agentes que intervinieron sufrieron lesiones, añade la Fiscalía.
Mientras, el edificio de la Xunta sufrió "cuantiosos daños", principalmente cristales rotos por el impacto de objetos contundentes.
La Fiscalía describe que en su regreso al puerto pesquero, los manifestantes procedieron a cortes de tráfico y destrozos en la vía pública, y destaca el desplazamiento e incendio de contenedores.
Al llegar al Berbés, supieron que un marinero había sido detenido y rompieron con "empujones y patadas" el cordón policial que allí se había desplegado.
Además hubo lanzamiento de objetos contundentes, entre ellos conos y bolardos de hierro que previamente habían arrancado, contra los agentes y un furgón al que se fueron a refugiar estos.
