‘La demanda es brutal’, afirma el responsable de esta organización católica en A Coruña

La crisis desborda la capacidad de Cáritas

Las peticiones de ayuda, tanto de tipo económica como de alimentos o ropa, se han duplicado en Galicia por los efectos de la crisis económica según aseguraran responsables de Cáritas en la comunidad autónoma.
Cáritas está ‘desbordada’ en Galicia. A los colectivos sin techo o inmigrantes sin papeles, se suman ahora personas que han perdido su empleo debido al actual contexto económico, entre ellos matrimonios jóvenes, en muchos casos con hijos, a la hora de solicitar ayudas, tanto económicas como de alimentos o ropa. Las peticiones de ayuda se duplicaron en Galicia por los efectos de la crisis económica. Así lo asegura el director de Cáritas Interparroquial en A Coruña, Vicente Iglesias, quien apuntó que en los últimos meses, de 6.000 peticiones, atendieron casi 1.200 ‘por lo que casi 5.000 se quedaron sin poder ser atendidos por ahora’.

Vicente Iglesias aseguró que se trata de ‘necesidades básicas’ como el pago de recibos atrasados ‘para evitar que les echen de su casa o quedarse sin luz ni agua’ y subrayó que, a diferencia de otros años, a Cáritas acuden ahora también ‘personas que perdieron el trabajo por culpa de la crisis o que ya no tienen paro, autónomos y matrimonios jóvenes que se quedaron sin empleo’.

‘La demanda es brutal’, subrayó Vicente Iglesias, quien destacó que a ellos se suman ‘un importante número de inmigrantes’, unos en situación irregular, pero otros que también se han quedado sin empleo por la crisis y que ahora se ven sin recursos. ‘Estamos hablando de peticiones para poder pagar una habitación, recibos o para tener alimentos’, señaló el responsable de Cáritas en A Coruña, quien indicó que en el caso de los alimentos lo que se les facilitan son vales o también productos no perecederos que entregan ciudadanos anónimos.

Peticiones de trabajo

El director de Cáritas en Vigo, Angel Dorrego, explica que el incremento ha sido ‘paulatino’ desde principios del año pasado. Asimismo, coincidió en que el perfil de las personas que se acercan en estos momentos a sus sedes han variado debido a la crisis. Así, coincidió en que al colectivo de inmigrantes, per sonas sin techo o de la tercera edad a las que no les alcanza su pensión para llegar a fin de mes se han sumado ‘matrimonios jóvenes sin trabajo y madres con hijos’. Dorrego señala que también han notado un cambio en las peticiones de ayuda, hasta hace un tiempo más centralizadas en alimentos o dinero para afrontar algunos pagos. ‘Ahora la gente no sólo viene a pedir dinero, sino trabajo que es en lo que menos les podemos ayudar. Vienen incluso con su currículum porque son personas en paro que lo que quieren es un trabajo’, remarcó.

SOLIDARIDAD

600 comidas diarias en la cocina económica coruñesa

Todas las organizaciones que prestan asistencia social constataron que la crisis disparó la demanda. Así, la Cocina Económica de A Coruña registró un incremento de las peticiones de ayuda y suministra ya unas 600 comidas diarias. Desde las oenegés se advierte, además, que el próximo año esta situación podría agravarse ‘ya que hay familias que hasta ahora paliaron su situación con los recursos que tenían y a las que ya se les han agotado o está a punto de hacerlo’, apuntaron responsables de distintas organizaciones.

Todas ellas hacen por ello un llamamiento a la ‘solidaridad’ tanto por parte de las instituciones y empresas como de los ciudadanos a los que la crisis no les haya afectado en la misma medida. Y es que el aumento de la demanda está provocando que por parte de entidades como Cáritas sólo se atiendan en primera instancia los casos más urgentes. Según los responsables de Cáritas, las ayudas que reciben se ‘mantienen’ respecto a otros años ‘pero la crisis hizo que aumentara tanto la demanda que el reparto toca a menos’.

Más de un mes de espera

El director de Cáritas en Vigo, Angel Dorrego, explica que en estos momentos superan muchas de sus peticiones más de un mes de espera, unas solicitudes que se someten a una tramitación previa para considerar o no si es posible asumirla. Para ello, un grupo de trabajadores sociales evalúa la petición y luego se determina si se le concede o no la ayuda. ‘No les damos dinero, les pagamos lo que necesitan’, apuntó

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