Defensa de Castiñeiras replica juez por ver irrelevante la acusación de sexo

La abogada que ejerce la defensa del autor confeso del robo del Códice Calixtino ha indicado hoy que 'para eso están los jueces, para decidir' al ser preguntada por el hecho de que el instructor de esta causa tildase de 'irrelevante' jurídicamente el manuscrito aportado por su cliente con acusaciones de robo y sexo por parte de religiosos del templo.
Carmen Ventoso, la letrada de Manuel Fernández Castiñeiras, ha indicado que 'nosotros estamos para solicitar' y ha agradecido el interés mostrado por la prensa al ser consultada por la citada apreciación del magistrado José Antonio Vázquez Taín.

Su declaración se produjo después de que su representado, un electricista exempleado de la basílica gallega, se personase en el juzgado, como está obligado a hacer cada lunes.

Fernández Castiñeiras llegó a sede judicial un cuarto de hora antes de las doce y permaneció en el interior aproximadamente diez minutos.

En la mencionada acta de manifestaciones, presentada en fechas recientes por Fernández Castiñeiras junto con una solicitud en la que reclama que la misma se incorpore al procedimiento abierto contra él, dice que numerosos religiosos robaban 'dinero' y da cuenta de episodios específicos al respecto, así como de las referidas prácticas sexuales.

La Catedral de Santiago acudirá a la justicia para denunciar la vulneración del derecho al honor, dignidad y fama, ya proceda en vía penal o civil, y algunos de los miembros de la curia citados con nombres, apellidos y direcciones presentarán demandas particulares.

El Códice Calixtino fue sustraído de la Catedral de Santiago en julio de 2011 y recuperado un año más tarde de un garaje de Milladoiro (A Coruña) propiedad de Fernández Castiñeiras. Esta joya literaria del medievo estaba envuelta en periódicos.

Castiñeiras, electricista de profesión, prestó sus servicios como autónomo durante 25 años en este templo. En la actualidad, está en libertad provisional con obligación de comparecer cada lunes en el juzgado y a la espera de juicio.

Después de su confesión y hasta que no finalizó la instrucción estuvo encarcelado en la prisión coruñesa de Teixeiro.

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