Una operación conjunta de agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional de la Comisaría de Vigo permitió desalojar a unas 300 personas que se congregaban en la vía pública en la zona de Inés Pérez de Ceta y calle Pontevedra, y que causaron daños materiales, así como molestias a los vecinos, que pidieron la presencia policial. Un “macrobotellón” que se desbordó como nunca en Vigo, en vísperas del inicio del curso académico. El operativo conjunto tuvo lugar sobre las tres de la madrugada de ayer, cuando los agentes acudieron a la zona alertados por los vecinos sobre la presencia de cientos de personas en la calle, tras el cierre de los locales de ocio nocturno, protagonizando peleas, gritando, y causando daños en mobiliario urbano -en varios contenedores, volcados- y coches estacionados.
Una vez en el lugar, la Policía comprobó que varios contenedores habían sido desplazados, que había basura por la calzada, desperfectos en mobiliario urbano y daños en varios vehículos aparcados, aunque no se registraron heridos ni daños personales. Los agentes desalojaron a las personas que estaban en la vía pública y retiraron varias vallas de obras que varias personas habían colocado en medio de la calzada para obstaculizar la circulación entre Rosalía de Castro e Inés Pérez de Ceta. Las medidas de prevención sanitaria con motivo de la pandemia de covid establecen que, a partir de las 3,00 horas (horario de cierre en vigor de los locales de ocio nocturno), no pueden reunirse grupos de personas no convivientes en la vía pública.
Aunque fue la actuación más espectacular y llamativa en Vigo, no ha sido la primera vez que ocurre. La Policía Local apuntó que hechos similares sucedieron el pasado viernes, donde también fue necesaria la intervención de ambos cuerpos policiales por los mismos motivos, donde fueron denunciados varios jóvenes por distintas causas.
Los vecinos critican la permisividad
El presidente de los empresarios del ocio nocturno señalaba ayer que los vecinos del entorno comprenden la situación y ven quienes son los que tienen mal comportamiento, “por eso les pedimos que llamen a la policía cuando ocurra algo así”, como lo sucedido el pasado jueves en la calle Pontevedra. De hecho, eso es precisamente lo que ocurrió.
Vecinos de la calle Pontevedra aseguraron a este diario que el problema fue que en esa noche no había agentes ”y hubo permisividad de la Policía, los locales hacen bien las cosas, pero ante esto no pueden hacer nada”, explicaba una de las personas que sufrieron en directo el macrobotellón descontrolado. Los vecinos insistieron en varias ocasiones en que las primeras víctimas “son las discotecas, que acaban por tener que cerrar”, y reclamaron mayor vigilancia.
