Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil detuvieron entre la tarde y la noche del pasado martes a 12 personas, entre marineros, patrones de embarcaciones y armadores, en los puertos de las localidades pontevedresas de Vigo y Portonovo, en el marco de una operación en la que se incautaron de 35 kilos de explosivos y 400 detonadores, que supuestamente se utilizarían para pescar especies de cerco, como la sardina.
Además de las detenciones, los agentes practicaron varios registros domiciliarios e inspeccionaron seis barcos, siguiendo las diligencias abiertas por el Juzgado de Instrucción número 2 de la localidad pontevedresa de Cambados. Tres de los detenidos, M.D.V., F.C.M., y M.T.M., todos ellos detenidos en el Puerto de Vigo, quedaron libres la mañana de ayer, mientras que permanecen detenidos los otros seis arrestados en el muelle vigués: el patrón mayor de la cofradía San Francisco de Vigo, José Antonio Tizón, además de T.C.C., J.C.C.F., J.S.A., J.S.C., y D.T.V. El instituto armado tenía previsto tomarles declaración antes de que pasen, hoy, a disposición judicial en Cambados.
El subdirector xeral del Servizo de Gardacostas de Galicia, Lino Sexto, admitió que se ha detectado en la comunidad 'un repunte' del uso de explosivos para pescar en los últimos tiempos, aunque explicó que esta práctica por parte de los profesionales del mar no es una práctica 'generalizada' ni 'a gran escala'. 'Sabemos que se ha intentado eliminar', afirmó, al tiempo que incidió en la dificultad de interceptar a los infractores y de encontrar la dinamita en sus barcos. 'Es muy complicado porque son actuaciones muy rápidas', señaló, para apuntar a la zona de Portosín (Porto do Son, A Coruña), en la ría de Muros y Noia, y a la Costa da Morte como áreas en las que se dan más casos.
El subdirector xeral del Servizo de Gardacostas de Galicia, Lino Sexto, admitió que se ha detectado en la comunidad 'un repunte' del uso de explosivos para pescar en los últimos tiempos, aunque explicó que esta práctica por parte de los profesionales del mar no es una práctica 'generalizada' ni 'a gran escala'. 'Sabemos que se ha intentado eliminar', afirmó, al tiempo que incidió en la dificultad de interceptar a los infractores y de encontrar la dinamita en sus barcos. 'Es muy complicado porque son actuaciones muy rápidas', señaló, para apuntar a la zona de Portosín (Porto do Son, A Coruña), en la ría de Muros y Noia, y a la Costa da Morte como áreas en las que se dan más casos.
