Los integrantes fueron detenidos en A Coruña, Vigo y Lugo
Agentes de Vigilancia Aduanera y de la Guardia Civil detuvieron ayer en A Coruña, Vigo y Lugo a doce presuntos integrantes de una red de contrabando de tabaco procedente de Andorra y Gibraltar, que distribuía por toda Galicia, y que también vendía ropa y complementos de marcas falsificadas.
En la "Operación Pentágono" se practicaron ayer de forma simultánea doce detenciones y once registros, la mayoría en A Coruña, incluido el mercado de Santa Lucía, donde estaba ubicado el principal centro de distribución de la trama y donde fueron intervenidas 15 toneladas de ropa y complementos.
Asimismo, fueron requisadas 40.000 cajetillas de tabaco de diversas marcas en los registros practicados, tanto en locales comerciales como en domicilios particulares, según detalla un comunicado del Ministerio de Hacienda, que cifra el fraude al erario público que se ha evitado en unos 120.000 euros.
A los doce detenidos se les acusa de un delito continuado de contrabando y contra la Hacienda Pública.
La operación, que continúa abierta, comenzó en 2013 con múltiples decomisos de tabaco de contrabando que serán incorporados a la causa principal, que dirige el Juzgado de Instrucción 1 de Lugo.
Las investigaciones iniciadas a raíz de estos decomisos descubrieron una red que utilizaba mercados municipales, como el de Santa Lucía, en A Coruña, o el mercado de A Pedra, en Vigo, así como otros establecimientos minoristas para el almacenamiento y la distribución de tabaco de contrabando y ropa falsificada.
La mayoría del tabaco procede de Andorra, aunque también se ha detectado una partida de Gibraltar, desde donde se abastecía un grupo contrabandista rumano radicado en la provincia de Lugo.
Los detenidos, a una de las cuales le constaban en los dos últimos años trece decomisos anteriores en su local en el mercado de Santa Lucía, amasaban "grandes ganancias" con esta actividad ilícita, según Hacienda.
El domicilio de uno de los detenidos que Vigilancia Aduanera registró ayer en A Coruña consiste en un edificio de cuatro plantas unidas por un ascensor y con una piscina en el sótano.
El principal proveedor de la red recibía importantes partidas de contrabando de tabaco andorrano, que almacenaba y distribuía en Galicia a través de diversos puntos de venta al por menor, especialmente de mercados municipales como el de Santa Lucía y el vigués de A Pedra.
Para su distribución recurría a una serie de intermediarios que se encargaban de surtir de mercancía a minoristas, titulares de bares, cafeterías y otros locales o establecimientos, que vendían el tabaco a los consumidores finales.
La red contaba con miembros "con años de experiencia" en el contrabando de tabaco y con "un gran nivel de alerta", pues tomaban todo tipo de precauciones para que no fueran detectados sus movimientos.
Nunca había entregas directas de la mercancía, sino que los clientes la recogían en garajes o trasteros previamente definidos.
Cuando los investigadores interceptaron a un suministrador comprobaron que portaba al menos seis mandos a distancia y varios juegos de llaves con etiquetas identificativas de cada establecimiento.
Además, los proveedores utilizaban para el transporte vehículos a nombre de terceros y también de alquiler.
