Un dolmen como símbolo de Galicia preside la vidriera de Isaac Díaz Pardo en el Parlamento

El hemiciclo del Pazo do Hórreo estrenó hoy la vidriera diseñada por el intelectual galleguista Isaac Díaz Pardo que, con un dolmen que simboliza Galicia como figura central, conmemora los 26 años de trayectoria del Parlamento.
El descubrimiento de la obra, que se produjo al término del pleno ordinario de esta mañana, contó con el autor como protagonista, ya que fue el encargado de dar lectura a la declaración institucional de este XXVI aniversario, acompañado por los miembros de la Mesa de la Cámara y con la asistencia de la práctica totalidad de los diputados, de la mitad de los conselleiros y del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y del vicepresidente, Anxo Quintana.

El trabajo, compuesto por 64 piezas de vidrio soplado a boca, esmaltado a fuego y grabado a ácido, se empezó a construir en octubre, después de que el Legislativo adjudicase su realización al veterano artista un mes antes. De este modo, tras su instalación la semana pasada, el Pazo do Hórreo suma así una nueva vidriera a las que ya contaba de otras personalidades ilustres como Laxeiro.

En ésta, la figura central --el dolmen-- 'ara donde se pedía la eternidad', según recordó Díaz Pardo, aparece sobre una tierra verde en la que se lee 'Gallaecia', 'tierra de los galaicos, que ya tenía nombre que los distinguía e identificaba en las tierras de la Iberia y que a Roma le costó caro conquistar'.

DESCRIPCION.

Esta representación se encuadra en un pergamino desplegado por seres amorfos, a su vez rodeado por una franja y, en el arco, formas semejantes a pájaros vuelan 'significando la imaginación que distingue' a los gallegos. Además, en la parte inferior aparecen otros elementos parecidos a caracoles que 'avanzan lentamente sometidos a la realidad'.

Así describió el propio autor su obra en un discursó que inició con un informal: 'Me metieron en un lío, no sé cómo voy a salir'. Sin embargo, aprovechó su intervención para reconocer la importancia del ofrecimiento como forma de 'agradecer que hubiese una cámara donde el pueblo estuviese representado cerca del gobierno para debatir los problemas de la tierra'.

Una apuesta que aceptó, pese a 'llevar muchos años sin hacer cosas semejantes, dedicado a ese oficio de templar gaitas en unas empresas en las que había de todo'. 'En las que también fracasé', aseveró, en alusión a la situación relegada a la que lo destinaron los accionistas mayoritarios de Sargadelos, entidad que fundó hace décadas.

OTRAS OBRAS.

De igual modo, empleó su alocución, en la que también dio lectura a un poema de Lorenzo Varela, para reivindicar otras obras de arte ya presentes en el Pazo do Hórreo, como el vitral de Laxeiro a la entrada del edificio, una 'pieza maestra de una tradición dulce y maciza como el alma románica' gallega.

En este sentido, consideró que, frente a este trabajo, el suyo 'no puede ser mucha cosa': 'Además de que las cosas que hago, al verlas una semana después, me producen rechazo, y para mayor inri mío, va en la cabecera del recinto', por lo que carece de la luz cenital con la que cuenta la vidriera de Laxeiro.

No obstante, terminó sus palabras con un nuevo agradecimiento al Parlamento de Galicia por permitirle colaborar en la efeméride al lado de Tejedor, realizador de la obra, tras lo que la Camerata Vocal Galega procedió a la interpretación del Himno gallego que se encargó de cerrar el acto.

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