Los vecinos de Valdoviño afectados por el desborde de la laguna de A Frouxeira pusieron fin al encierro que mantenían en la planta baja del ayuntamiento desde el pasado día 23 de diciembre. La subida de nivel del humedal, protegido por cinco figuras ambientales, inundó buena parte del paseo marítimo y la única carretera de acceso a una veintena de viviendas.
Los afectados, unas 40 personas, acordaron poner fin a su protesta tras mantener el sábado a mediodía una concentración en la explanada de la playa a la que acudieron cerca de 400 personas.
'No es un adiós, es un hasta luego porque este problema se repetirá tarde o temprano', destacaron los vecinos. El portavoz del colectivo, Fernando Villar, manifestó que el respaldo de otros vecinos les dio ánimos para que toda la vecindad forme un equipo a pesar de que a juicio de los afectados, 'las Administraciones lo quieren poner difícil con sus pésimas actuaciones'.
'Deseamos que esta obra no acabe en una desgracia, bien personal, bien ecológica, ya que el problema de la estación de bombeo de fecales sigue sin solución y el dique no deja de ser un parche temporal', explicaron, en referencia a la barrera de sacos de arena que colocó la Xunta para tratar de frenar el avance del agua con cinco bombas de achique. Ahora, esperan que las mareas vivas de los próximos días alcancen la laguna litoral, y eso ayude a evacuar el exceso de agua del lago.
'No es un adiós, es un hasta luego porque este problema se repetirá tarde o temprano', destacaron los vecinos. El portavoz del colectivo, Fernando Villar, manifestó que el respaldo de otros vecinos les dio ánimos para que toda la vecindad forme un equipo a pesar de que a juicio de los afectados, 'las Administraciones lo quieren poner difícil con sus pésimas actuaciones'.
'Deseamos que esta obra no acabe en una desgracia, bien personal, bien ecológica, ya que el problema de la estación de bombeo de fecales sigue sin solución y el dique no deja de ser un parche temporal', explicaron, en referencia a la barrera de sacos de arena que colocó la Xunta para tratar de frenar el avance del agua con cinco bombas de achique. Ahora, esperan que las mareas vivas de los próximos días alcancen la laguna litoral, y eso ayude a evacuar el exceso de agua del lago.
