El número de detenidos por su supuesta vinculación con la red nigeriana de trata de seres humanas, desarticulada por la Policía viguesas, podría elevarse en los próximos meses. Aunque la operación ha sido cerrada en España, es la Europol la que se encarga ahora de trabajar para localizar a la parte de esa mafia asentada en el resto de países europeos hacia donde se repartían las víctimas, proxenetas con los que mantenían contactos.
Los detalles de la operación viguesa fueron ofrecidos ayer por el jefe de inteligencia y análisis de riesgo de la Comisaría General de Extranjería, Jesús Nieto. En declaraciones a este medio, incidió en la importancia de esta operación al tratarse de 'mafias que utilizan una coacción brutal a sus víctimas, mediante la magia negra y el vudú'.
El sufrimiento al que someten a las jóvenes ha hecho que la liberación de cinco mujeres africanas sea uno de los hechos más relevantes de la investigación que ahora traspasa fronteras con la intención no sólo de localizar al resto de integrantes sino a las cerca de 200 mujeres que podrían estar en manos de la mafia.
Todo comenzaba a principios de mes de octubre cuando la Policía viguesa detectaba a una mujer africana ejerciendo la prostitución en el Berbés, acompañada por otra que ejercía labores de vigilancia. 'La supuesta controladora tenía que acompañarla porque la víctima acababa de llegar a Vigo en avión, no sabía hablar español ni actuar con los clientes', relata Nieto.
PRINCIPALES RESPONSABLES
A partir de ahí, se conseguía localizar a los presuntos cabecillas de la red y detener a siete personas, cuatro en Vigo, dos en Redondela y uno más en Vic, Barcelona.
De los arrestados de Vigo, dos hombres y una mujer se encuentran en prisión. 'Son los principales responsables, los que tenían contactos, manejaban a las chicas y se encargaban de su traslado mediante intermediarios'. Los otros dos, otro joven y otra mujer quedaban libres. 'Esta última está ligada a la red pero a la vez sospechamos que también podría ser víctima, pues puede que también la coaccionaran para trabajar como vigilante', explica el jefe de la Comisaría General de Extranjería.
Gracias a la actuación en Vigo, la investigación permitió a los agentes averiguar que la organización pretendía trasladar a una nueva víctima a España. El pasado día 24 se detectó la llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas de esta mujer y se estableció un dispositivo que permitió averiguar el destino final de la chica, en la localidad barcelonesa de Manlleu, lo que provocó la detención en Vic.
José Nieto afirma que la mafia nigeriana actuaba en aldeas o pueblos muy deprimidos de Nigeria, con el consentimiento de las propias familias de las víctimas, a las que prometía un futuro de riqueza a pesar de la crisis en el Primer Mundo. Las escogidas, menores de entre 18 y 20 años, eran obligadas por su familia y la mafia a aceptar y a acudir a un hechicero que les hacía un ritual de magia negra, en el que les cortaban las uñas y el pelo, además de vudú para garantizar que no pondrían impedimento alguno.
La deuda contraída por el traslado y los trámites ascendía a unos 60.000 euros, lo que, una vez en España, obligaba a las mujeres a trabajar en la calle durante 20 horas seguidas, entre diez o quince años. Las mafias, una vez recibían el dinero de las chicas iban cambiando de mujeres. Repudiaban a las que habían trasladado años atrás si las consideraban mayores y por tanto inservibles.
Las cinco víctimas rescatadas son testigos protegidos. 'Es muy difícil para estas mujeres, con una enorme creencia en los ritos y la magia, hacer que colaboren con la Policía. Padecen un gran sufrimiento y están absolutamente muertas de miedo'.
El sufrimiento al que someten a las jóvenes ha hecho que la liberación de cinco mujeres africanas sea uno de los hechos más relevantes de la investigación que ahora traspasa fronteras con la intención no sólo de localizar al resto de integrantes sino a las cerca de 200 mujeres que podrían estar en manos de la mafia.
Todo comenzaba a principios de mes de octubre cuando la Policía viguesa detectaba a una mujer africana ejerciendo la prostitución en el Berbés, acompañada por otra que ejercía labores de vigilancia. 'La supuesta controladora tenía que acompañarla porque la víctima acababa de llegar a Vigo en avión, no sabía hablar español ni actuar con los clientes', relata Nieto.
PRINCIPALES RESPONSABLES
A partir de ahí, se conseguía localizar a los presuntos cabecillas de la red y detener a siete personas, cuatro en Vigo, dos en Redondela y uno más en Vic, Barcelona.
De los arrestados de Vigo, dos hombres y una mujer se encuentran en prisión. 'Son los principales responsables, los que tenían contactos, manejaban a las chicas y se encargaban de su traslado mediante intermediarios'. Los otros dos, otro joven y otra mujer quedaban libres. 'Esta última está ligada a la red pero a la vez sospechamos que también podría ser víctima, pues puede que también la coaccionaran para trabajar como vigilante', explica el jefe de la Comisaría General de Extranjería.
Gracias a la actuación en Vigo, la investigación permitió a los agentes averiguar que la organización pretendía trasladar a una nueva víctima a España. El pasado día 24 se detectó la llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas de esta mujer y se estableció un dispositivo que permitió averiguar el destino final de la chica, en la localidad barcelonesa de Manlleu, lo que provocó la detención en Vic.
José Nieto afirma que la mafia nigeriana actuaba en aldeas o pueblos muy deprimidos de Nigeria, con el consentimiento de las propias familias de las víctimas, a las que prometía un futuro de riqueza a pesar de la crisis en el Primer Mundo. Las escogidas, menores de entre 18 y 20 años, eran obligadas por su familia y la mafia a aceptar y a acudir a un hechicero que les hacía un ritual de magia negra, en el que les cortaban las uñas y el pelo, además de vudú para garantizar que no pondrían impedimento alguno.
La deuda contraída por el traslado y los trámites ascendía a unos 60.000 euros, lo que, una vez en España, obligaba a las mujeres a trabajar en la calle durante 20 horas seguidas, entre diez o quince años. Las mafias, una vez recibían el dinero de las chicas iban cambiando de mujeres. Repudiaban a las que habían trasladado años atrás si las consideraban mayores y por tanto inservibles.
Las cinco víctimas rescatadas son testigos protegidos. 'Es muy difícil para estas mujeres, con una enorme creencia en los ritos y la magia, hacer que colaboren con la Policía. Padecen un gran sufrimiento y están absolutamente muertas de miedo'.
