Los forenses del crimen de Teis descartan enajenación del agresor y constatan que la víctima intentó defenderse

Los forenses que declararon hoy en el juicio que se sigue en la Sección 5º de la Audiencia provincial de Pontevedra en Vigo contra Sergio G.P., de 26 años de edad, como presunto autor de la muerte de Pablo D.F. de 23 años, confirmaron que el acusado "no estaba en un estado de confusión mental" cuando cometió el crimen y que la víctima intentó defenderse.

Así lo confirmaron las médicas forenses que realizaron la exploración de las heridas del acusado y la autopsia del cuerpo de fallecido, quienes desacreditaron con su declaración las tesis de la defensa al afirmar que "los hechos demuestran que no había confusión mental y que el acusado sabía lo que hacía". Además, explicaron que "no hay base médica" que justifique la supuesta amnesia de Sergio G.P., que aseguró que sólo recordaba una de las 42 puñaladas que recibió Pablo D.F.

El testimonio de estas expertas desveló que la víctima sufrió 42 heridas por arma blanca y una luxación de cuello con rotura de dos vértebras. Las lesiones ocasionadas por el arma fueron causadas a la víctima mientras estaba viva, y las quemaduras del cuerpo, que fue rociado con gasolina, fueron 'post morten'.

Además, según el ángulo y la forma de dichas lesiones, varias de ellas se produjeron cuando la víctima se encontraba "en un plano inferior" con respecto de su agresor. De hecho, Pablo tenía "heridas de defensa" en las manos y piernas, que denotan que estaba en una "situación de desprotección" ya que, explicaron las forenses, "no hay una proporción entre las heridas de la víctima y las que presenta el agresor".

En este sentido, se refirieron a las heridas que presentaba el propio acusado, quemaduras y cortes en una mano y un corte en una ingle, y apuntaron que dichas heridas "son compatibles con la posibilidad de que el propio acusado se autolesionarse". Asimismo, aclararon que no existen "heridas de tanteo o de aviso", sino que la primera herida fue una de las que se produjo en el abdomen, afectó a un riñón, y provocó la salida de las asas intestinales.

"ELIMINAR HUELLAS".

Por otra parte, en la sección de hoy compareció como testigo la psiquiatra que hizo la valoración del acusado horas después de que se produjesen los hechos, quien confirmó que Sergio G.P. presentaba un estado de "ansiedad reactiva" con respecto a lo que había hecho, pero que no padece ninguna patología psiquiátrica que requiera tratamiento o ingreso hospitalario.

Según aseguró el propio acusado a esta médica, su intención al provocar un incendio en el lugar del crimen era la de "eliminar huellas", extremo que confirmaron los dos policías nacionales que investigaron este incendio y que también declararon hoy.

Así, los agentes ratificaron que hubo "dos focos primarios" de fuego, en el salón, sobre el cadáver, y en la habitación, además de otras zonas de la vivienda en las que el acusado esparció gasolina. Según explicaron estos peritos, las características del incendio ponen en evidencia que la finalidad era la de "encubrir el delito, destruyendo vestigios y huellas".

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