El edificio abrió sus puertas al público por primera vez desde que en 1938 fue 'regalado' al dictador

Franco sigue presente en las estancias del pazo de Meirás

Una mujer fotografía la fachada exterior del pazo de Mariñán.  (Foto: CABALAR)
Un enorme busto del general Francisco Franco recibió ayer a los primeros visitantes del pazo de Meirás, la residencia de verano durante muchas décadas del dictador, y que sus herederos conservan como un legado a su memoria. Libros, armas, trofeos de caza, obras de arte y objetos personales de Franco presiden las escasas estancias visitables de este impresionante monumento que el pueblo gallego 'regaló' al general en 1938 tras una cuestación popular, sobre la que ayer ironizaron algunos de los visitantes vecinos de la localidad, en el municipio coruñés de Sada.
El pazo de Meirás abrió ayer sus puertas a la ciudadanía tras su declaración en 2008 como Bien de Interés Cultural, lo que obligó a los herederos de Franco a permitir las visitas tras perder un recurso en el Tribunal Supremo. No obstante, la familia Franco logró limitar las visitas a un reducido número de estancias, además de imponer la prohibición de tomar imágenes en el interior del inmueble.

El pazo de Meirás, que anteriormente había sido propiedad de la escritora Emilia Pardo Bazán, se abrió al público tras un acuerdo entre la Xunta y la familia Franco, que agotó todas las vías legales para impedirlo. El Tribunal Supremo confirmó el carácter público y cultural del pazo y obliga a los propietarios a abrir sus puertas cuatro días al mes, que en este caso serán los viernes con cuatro turnos diarios de quince personas previa inscripción.


SIN ENTRADAS HASTA JULIO

La llegada ayer de los primeros visitantes al pazo de Meirás ha despertado una gran expectación a las puertas del recinto, y las entradas para realizar el recorrido por sus dependencias están ya agotadas hasta el próximo mes de julio. Los primeros visitantes destacaban al finalizar el recorrido lo cuidadas que están las instalaciones, la gran cantidad de libros antiguos que alberga su biblioteca, en su mayoría de política e historia militar, el gran busto de Franco ubicado en la entrada al pazo y los numerosos trofeos de caza que adornan las estancias, así como las magníficas vistas del que fue despacho del general.

Desde los ventanales de esa dependencia se observa una pequeña edificación que hacía las veces de cuartel de la Guardia Civil durante las estancias de Franco en el pazo, generalmente en verano. No obstante, muchos de los visitantes también se sentían defraudados por lo limitado de la visita, apenas un 10 por ciento de la totalidad del inmueble. Además de la biblioteca y el despacho de Franco se pueden visitar dos salones contiguos en la primera planta.

Te puede interesar