Cetáceos y mamíferos marinos dejan en arenales gallegos la última huella tras días a la deriva. Llegan descompuestos tras su muerte en soledad, causada muchas veces por colisiones con embarcaciones.

Los gigantes del mar mueren en la costa

La casualidad ha querido que el último cetáceo llegado desde el Atlántico acabase varado en Playa América (Nigrán), el arenal más próximo a la sede de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma). 'Varios marineros de la zona nos avisaron el miércoles de que habían avistado el cuerpo del animal muerto flotando en la ensenada de Panxón y finalmente acabo varado en la playa', explica Alfredo López, presidente del colectivo, que ese mismo día acudió a Playa América acompañado de efectivos de Salvamento Marítimo para tomar muestras y organizar el dispositivo necesario para la retirada del cuerpo. 'Era un cacha
'Varios marineros de la zona nos avisaron el miércoles de que habían avistado el cuerpo del animal muerto flotando en la ensenada de Panxón y finalmente acabo varado en la playa', explica Alfredo López, presidente del colectivo, que ese mismo día acudió a Playa América acompañado de efectivos de Salvamento Marítimo para tomar muestras y organizar el dispositivo necesario para la retirada del cuerpo. 'Era un cachalote de unos diez metros de longitud, en avanzado estado de descomposición, y tuvimos que trocearlo para poder facilitar su traslado a la planta de Gesuga, en Cerceda, donde se procede a la incineración de los restos'.

La experiencia les dice que puede tratarse de un ejemplar que se había acercado a la costa para guarecerse del temporal que estos días azota el litoral gallego, pero los miembros de la coordinadora no dan nada por supuesto. Las muestras que Alfredo y sus compañeros tomaron a pie de playa pueden ser claves para determinar las causas de la muerte del animal y conocer su procedencia.


NORMAL EN ESTA ÉPOCA

'Es normal que en esta época del año se registren más varamientos, la mayor parte de los animales aparecen entre los meses de febrero y mayo. El buen tiempo del que gozamos en los últimos meses había retrasado la llegada este invierno, pero los últimos temporales pueden estar detrás de los casos en abril', explica uno de los miembros de la coordinadora. 'Lo que no es tan habitual es la localización de cachalotes, unos animales de estas dimensiones que no suelen acercarse tanto a la costa', añade Alfredo.

'Hace una semana varaba otro mucho más grande, de 15 metros y 25 toneladas, en la playa de Beo, en Malpica'.

Los primeros diagnósticos realizados por los técnicos del Cemma coinciden, tanto en el caso de Nigrán como en el de Malpica, que los animales llevaban varios días muertos. Llegan a la costa en avanzado estado de descomposición y no es fácil determinar el momento o las causas de la muerte. 'Podría haber muerto a más de veinte millas de de la costa y tocar tierra en cuestión de dos o tres días', apunta Alfredo López, presidente de la Cemma.

Los datos que recogen en el arenal pueden dar alguna pista adicional. 'Las muestras de piel ofrecen información de tipo genético, los dientes son fundamentales para conocer la edad aproximada del animal y el contenido estomacal, que sólo conocemos en los casos el que el animal el troceado, nos permite saber, por ejemplo, si había ingerido plásticos u otras sustancias que pudiesen provocar la muerte', apunta. 'Lo más habitual en el caso de estos grandes cetáceos es que hayan sido atropellados, es decir, que sean víctimas de una colisión', añade.

Los miembros de la coordinadora, en virtud de un acuerdo firmado por la Xunta de Galicia, se encargan de organizar la retirada de los cetáceos y la eliminación de restos. Los cachalotes aparecidos los últimos días en aguas gallegas fueron troceados para facilitar su traslado y esto implica más trabajo, pero también más posibilidades de tomar muestras y analizar el contenido estomacal.

Fue una semana especialmente activa para los equipos que se encargan de la retirada de mamíferos marinos. En el litoral coruñés, además del cachalote de Malpica, los miembros de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) también retiraron otros dos cetáceos que aparecieron en las playas de O Vilar y Ponzos. 'Llegaron a tierra en un avanzado estado de descomposición y, en el caso de O Vilar, sólo hemos podido recoger muestras de los dientes porque del resto era realmente imposible hacer nada', explica Juan Ignacio Díaz.

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