La Audiencia Nacional condenó a 439 años de cárcel a los dos piratas detenidos en Somalia

El Gobierno pagó rescate por el Alakrana, según los jueces

Los dos piratas, en una de las sesiones del juicio. (Foto: ARCHIVO)
La Audiencia Nacional aseguró ayer que 'sin duda alguna' fue el Gobierno, y no la empresa armadora, el que pagó el rescate para la liberación del atunero vasco 'Alakrana', liberado 47 días después de haberse producido el rapto, el 2 de octubre de 2009.
Así lo indica la sección cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en la sentencia por la que condenó a 439 años de cárcel a los dos piratas somalís 'Abdu Willy' y 'Raageggesey Adji Haman' por el secuestro del 'Alakrana' y que fueron apresados el 2 de octubre de 2009 cuando abandonaban el buque. Según el tribunal, presidido por la magistrada Ángela Murillo, 'el resultado de la prueba practicada en el acto del juicio demostró, sin duda alguna, que no fue la empresa armadora, sino organismos públicos vinculados al Gobierno español, quienes satisficieron la cantidad que se abonó por la liberación de los tripulantes y del propio pesquero'. Por ello estimó 'innecesaria' la petición de desclasificación de documentos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que solicitó la defensa de los dos piratas.

A este respecto, el tribunal recuerda que el armador Kepa Etxebarria declaró en el juicio que un 'negociador' por parte de los secuestradores, que se identificó como 'Yama', se puso en contacto con él para reclamarle la liberación de los dos piratas apresados y un rescate de diez millones de dólares (6,7 millones de euros) a cambio de la liberación del 'Alakrana', entre cuyos tripulantes había varios gallegos. El armador explicó que un hombre que se identificó como 'Pepe el de los misteriosos' negoció con los piratas el precio del rescate, que, según Etxebarria, 'se redujo desde los diez millones iniciales a algo menos de la mitad'.


VEJACIONES

Durante días 'Yama' y 'Pepe' negociaron el rescate y 'llegados a un acuerdo sobre la cantidad inicialmente exigida', el 17 de noviembre de 2009 acudieron al atunero unos 40 secuestradores 'a la espera de la recepción de la cantidad negociada, que fue arrojada, desde una avioneta, en el interior de dos cilindros que cayeron al mar junto al pesquero ' y que fueron recogidos por los asaltantes que, acto seguido, abandonaron el buque, que quedó liberado.

Según el tribunal, la prueba 'más contundente' para condenar a los dos piratas fue el testimonio de los tripulantes españoles que 'narraron, de viva voz, con la emoción propia de tener que recordar un período de tiempo que quisieran olvidar, no sólo el hecho de haber sido privados de libertad' sino 'las vejaciones constantes' a las que fueron sometidos.

La sentencia, de la que fue ponente Carmen Paloma González, declara probado que el secuestro se produjo cuando el buque se encontraba a unas 120 millas náuticas de la costa de Somalia, 'punto incluido en el área de operaciones definida por la Unión Europea para la operación Atalanta de lucha contra la piratería'. Ya con los asaltantes a bordo, su jefe, llamado 'Elías', 'conminó al patrón -Ricardo Blach- a cortar las redes', pero éste le trató de explicar que dado su enorme tamaño se tardaría menos en recogerlas, lo que le valió 'una serie de culatazos' del rifle del pirata. Posteriormente, los secuestradores 'conminaron al capitán y al patrón a entregarles cuantos objetos de valor y dinero hubiera en la caja fuerte' obteniendo 50.000 euros.

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