La Guardia Civil continúa el análisis de la grabación de la cámara de seguridad del hotel de Sarria (Lugo) asaltado para identificar al atracador que en la jornada huyó con unos mil euros tras herir al recepcionista al efectuar dos disparos.
Según informaron hoy fuentes próximas de la investigación, la Policía Judicial centra las indagaciones en determinar la identidad del atracador, que llevaba la cara tapada con una bolsa de basura y guantes de látex.
Según informaron hoy fuentes próximas de la investigación, la Policía Judicial centra las indagaciones en determinar la identidad del atracador, que llevaba la cara tapada con una bolsa de basura y guantes de látex.
De este modo, indicaron que cuando dispongan del perfil del presunto autor de los hechos se establecerá un dispositivo para localizarlo y detenerlo. Por el momento, prosigue la toma de declaraciones a testigos para cotejar los datos de los que disponen por el momento.
Por su parte, el subdelegado del Gobierno en Lugo, Jesús Otero, aseguró hoy que este suceso no es un hecho habitual, sobre todo porque el atracador disparó hasta en dos ocasiones sobre el recepcionista. Son situaciones absolutamente imprevisibles que nadie puede controlar, porque es un modus operandi un tanto extraño, subrayó.
Así, recordó que el atracador se cubría el rostro con una bolsa de basura, con dos agujeros para poder ver, y en las manos llevaba unos guantes de látex. Los disparos que hirieron al recepcionista, J.M.V., de 43 años y vecino de Sarria, se produjeron a un metro de distancia de la víctima.
FUERA DE PELIGRO.
Asimismo, el subdelegado del Gobierno en Lugo apuntó hoy que el herido en el atraco al hotel, que permanece ingresado en el Hospital Juan Canalejo de A Coruña, está fuera de peligro.
Lo más importante, después de todo, es que la persona herida está fuera de peligro. No tiene ninguna herida que pueda conducir a un desenlace fatal, aseveró Otero y lamentó lo sucedido, en especial, en la forma en que se produjo.
Sobre las 7.30 horas la Guardia Civil tuvo conocimiento de un robo con violencia registrado en el Hotel Alfonso IX de Sarria, en el que el atracador, tras acceder al interior del establecimiento, se encaminó a la recepción del mismo. Después de llamar al recepcionista, la única persona presente en ese momento en esa área del hotel, le disparó dos veces.
Seguidamente, se dirigió a la caja registradora, situada en el mostrador de recepción, sustrayendo unos mil euros, mientras que el recepcionista logró refugiarse en un despacho y dar la voz de alarma.
A continuación, el atracador abandonó el lugar de los hechos de forma apresurada.
Por su parte, el subdelegado del Gobierno en Lugo, Jesús Otero, aseguró hoy que este suceso no es un hecho habitual, sobre todo porque el atracador disparó hasta en dos ocasiones sobre el recepcionista. Son situaciones absolutamente imprevisibles que nadie puede controlar, porque es un modus operandi un tanto extraño, subrayó.
Así, recordó que el atracador se cubría el rostro con una bolsa de basura, con dos agujeros para poder ver, y en las manos llevaba unos guantes de látex. Los disparos que hirieron al recepcionista, J.M.V., de 43 años y vecino de Sarria, se produjeron a un metro de distancia de la víctima.
FUERA DE PELIGRO.
Asimismo, el subdelegado del Gobierno en Lugo apuntó hoy que el herido en el atraco al hotel, que permanece ingresado en el Hospital Juan Canalejo de A Coruña, está fuera de peligro.
Lo más importante, después de todo, es que la persona herida está fuera de peligro. No tiene ninguna herida que pueda conducir a un desenlace fatal, aseveró Otero y lamentó lo sucedido, en especial, en la forma en que se produjo.
Sobre las 7.30 horas la Guardia Civil tuvo conocimiento de un robo con violencia registrado en el Hotel Alfonso IX de Sarria, en el que el atracador, tras acceder al interior del establecimiento, se encaminó a la recepción del mismo. Después de llamar al recepcionista, la única persona presente en ese momento en esa área del hotel, le disparó dos veces.
Seguidamente, se dirigió a la caja registradora, situada en el mostrador de recepción, sustrayendo unos mil euros, mientras que el recepcionista logró refugiarse en un despacho y dar la voz de alarma.
A continuación, el atracador abandonó el lugar de los hechos de forma apresurada.
