Identifican a tres furtivos que fueron sorprendidos cazando de noche

La Ley de Caza de Galicia prevé sanciones económicas de 600 a 6.000 euros para las infracciones graves y de 6.000 a 30.000 euros para las muy graves.

La Guardia Civil ha identificado a tres personas, dos de ellas vecinas de Vilaboa y la tercera con domicilio en Pontevedra, que fueron sorprendidas cazando de forma furtiva en horario nocturno en las inmediaciones del cementerio de Santa María de Cobres, situado en la localidad pontevedresa de Vilaboa.

Según ha informado el instituto armado, los tres cazadores fueron interceptados por una de sus patrullas sobre las diez de la noche cuando circulaban en un vehículo todoterreno.

En su interior, los agentes localizaron una carabina del calibre 22, depositada en el suelo entre la puerta y el asiento delantero derecho, que estaba al alcance de la mano del hombre que iba como copiloto.

El arma se encontraba preparada para disparar, con una bala en la recámara y cinco más en el cargador, y tenía acoplado además un silenciador y una mira telescópica.

En el interior del vehículo, para facilitar el ejercicio de la caza en horas nocturnas, los tres furtivos llevaban una linterna de gran potencia conectada con el sistema eléctrico del vehículo y en el capó se les incautó un conejo que habían abatido recientemente.

La Guardia Civil ha denunciado a estos tres hombres por dos infracciones muy graves a la Ley de Caza, una de ellas por utilizar fuentes artificiales de luz y la otra por hacerlo con un arma con dispositivos auxiliares no autorizados -silenciador y mira telescópica- y una tercera infracción grave por cazar durante la noche.

La Ley de Caza de Galicia prevé sanciones económicas de 600 a 6.000 euros para las infracciones graves y de 6.000 a 30.000 euros para las muy graves.

Además, se iniciarán también los correspondientes expedientes de revocación de las licencias de armas de las que son titulares estas personas.

Al mismo tiempo, la Guardia Civil investiga penalmente a uno de los ocupantes del vehículo, que dijo ser responsable del arma, por un supuesto delito de tenencia de armas prohibidas, que es la consideración que adquiere la carabina desde el momento en el que se le acopló el silenciador.

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