La próxima reforma del Código Penal, que entrará en vigor a partir del 23 de diciembre, ofrece amparo legal al comiso de vehículos en caso de infracciones graves.

Los infractores reincidentes no irán a la cárcel, pero se quedarán sin coche

Ramón Lestayo es un infractor reincidente al volante. El suyo es un caso de libro y el alcohol está casi siempre detrás de su conducta delictiva. La última vez que se sentó en el banquillo de los juzgados de Ferrol no llegó a verse el juicio rápido previsto porque su abogado y el fiscal acordaron una condena de cuatro meses y medio de prisión, dos años y medio de retirada de carné y el decomiso del coche con el que había cometido la última infracción.
Era la madrugada del día 13 de septiembre de este año y Ramón se saltó un semáforo en rojo cuando circulaba por la calles de Fene. La unidad de la Guardia Civil que patrullaba la zona se percató de la maniobra y lo siguió hasta darle el alto, pero cuando los agentes se bajaron de su vehículo para identificarlo, Ramón pisó el acelerador a fondo y se dio a la fuga. Comenzó así una persecución que terminó en el patio de una vivienda particular, con la detención de este conductor; la prueba de alcoholemia confirmó las sospechas de los agentes: 0,70 miligramos por litro de sangre.

No era la primera vez. A sus 41 años acumula una larga lista de sanciones en su expediente. La primera condena por ir borracho al volante es de 2002 y en 2005 volvió a dar positivo en otro control de alcoholemia. Le retiraron el carné y un año después era detenido de nuevo por el mismo motivo; la condena en esa ocasión fue por delito de quebrantamiento de medida cautelar. En 2009 se repite la historia. Y en septiembre de 2010 se produce el último capítulo de una trayectoria multirreincidente.

La jueza decidió ir un paso más allá y, teniendo en cuenta que Ramón tiene pendientes otras diligencias por asuntos relacionados con la seguridad del tráfico, ordenó el decomiso del vehículo para evitar la reiteración del delito. Está probado que la retirada de la licencia de conducción no era una medida efectiva para apartarlo de las carreteras y la jueza entiende oportuno privar al infractor del 'instrumento del delito'.

Aunque no es una resolución frecuente, la legislación vigente permite adoptarla en caso de infracción grave o multirreincidencia. De hecho, los juzgados de Vigo aplicaron esta condena 'a varios conductores aparentemente incorregibles' y los vehículos pasaron a propiedad del Estado hasta su venta en una subasta pública.

Son hasta el momento casos contados, pero la situación cambia a partir de la Navidad. La entrada en vigor de la última reforma del Código Penal, prevista para el 23 de diciembre, abrirá el abanico de penas para conductores que cometan infracciones que no causen un accidente. El decomiso del coche será una alternativa a la cárcel, los trabajos en favor de la comunidad o a la multa económica para quienes conduzcan bajo los efectos de sustancias prohibidas, circulen a excesiva velocidad o carezcan de permiso.

'El vehículo utilizado pasa a considerarse como instrumento del delito y el juez, en función de la gravedad y las circunstancias del caso, podrá decretar el decomiso del coche', indica Bartolomé Vargas, fiscal de Seguridad Vial, que participó esta semana en Santiago en una convención internacional de autoescuelas. 'El decomiso se aplicará en los casos más graves y se le retirará el vehículo a aquellos conductores que sistemáticamente infrinjan la ley, a los que desprecian al resto de los ciudadanos y a los que ponen en riesgo la vida de otros. Es una medida para intentar atajar los denominados casos de violencia vial'. El fiscal traza similitudes y paralelismos para explicar esta medida: 'Igual que se decomisa el arma a quienes han cometido un robo, ahora se intervendrán los vehículos de quienes utilicen los coches como armas para cometer delitos contra quienes circulen por las carreteras'.


JUICIOS RÁPIDOS

La anterior modificación del Código Penal, de diciembre de 2007, supuso la multiplicación de juicios rápidos por delitos relacionados con el tráfico. Los infractores pagaron sus descuidos al volante con sanciones económicas o con trabajos en beneficio de la comunidad, pero muchos conductores, especialmente los reincidentes, acabaron en la cárcel (más de seiscientas personas están en prisión en la actualidad). Aunque la privación de libertad se reserva para quienes acumulan varias condenas firmes en cortos períodos de tiempo, los ingresos en prisión fueron más de los previstos y la Fiscalía entiende que el decomiso de vehículos puede ser un sustitutivo de la pena de cárcel.

Más de un 60% de los que cometen delitos relacionados con la velocidad o el alcohol son reincidentes y el decomiso pretende 'atacar al infractor donde más le duele', pero la aplicación de esta pena no se reserva únicamente para casos graves o conductores que acumulan reiteradas infracciones. Es una medida que también se contempla para castigar a quienes modifiquen sus vehículos con la intención de burlar las normas de circulación: manipulación de tacógrafos, instalación de inhibidores de radar o uso de sistemas que impiden visibilizar las matrículas a la lectura de las cámaras.


LA REFORMA

La reforma que entrará en vigor estas Navidades contempla la requisa del vehículo para los delitos imprudentes sancionados con pena privativa de libertad superior a un año, pero también faculta el comiso del coche cuando se hayan registrado muertos o heridos. La Fiscalía de Seguridad Vial asegura que se estudiarán las particularidades de cada caso y se pondrán en marcha todos los mecanismos para descubrir titularidades ficticias y actuar convenientemente cuando en propietario del vehículo no sea el conductor habitual. La reforma normativa contempla también la posibilidad de decretar el decomiso parcial o establecer restricciones temporales de uso hasta que se ofrezcan garantías de una correcta utilización del vehículo con la eliminación de dispositivos ilegales o la instalación de limitadores de velocidad.

La reforma del Código Penal va acompañada de una normativa que regula el depósito, administración, utilización, gestión y venta de los coches decomisados. Una vez que la sentencia sea firme, el vehículo será subastado y el importe se destinará a la indemnización de víctimas de accidentes, ciclos de educación vial, tutelas de los derechos de las víctimas o programas para la rehabilitación de conductores de alcohólicos o adictos a las drogas.

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