Un grupo de arqueólogos investigará en julio la batalla de Rande

Inmersiones para buscar en Vigo restos de galeones

Javier Luaces, con la ría de Vigo al fondo. (Foto: SALVADOR SAS)
Un grupo de arqueólogos ultima los preparativos de una campaña de inmersiones para mediados de julio en la bahía de San Simón, en la ría de Vigo, donde pretende catalogar los restos de la batalla de Rande (22 de octubre de 1702), en la que alrededor de una treintena de galeones cargados de oro y plata resultaron hundidos.
Tras rastrear la zona desde la superficie con sistemas geofísicos en sendos operativos en 2007 y 2008, el grupo encabezado por Javier Luaces se encargará de inventariar los pecios y determinar su estado de conservación, así como de llevar a la superficie los pocos objetos de valor que puedan quedar tras siglos de expolios.

Luaces explica que gracias a la tecnología empleada en el rastreo desde la superficie se han fijado 30 puntos en los que se han encontrado bien restos dispersos o armazones de los buques de la flota hispano-francesa que cayeron abatidos en la batalla de Rande por barcos anglo-holandeses. Dada la escasa visibilidad de los fondos, de apenas dos o tres metros, por la turbidez provocada por las corrientes de la zona, las anteriores inmersiones apenas permitieron localizar unos seis pecios.

Gracias a sistemas como el sonar de barrido lateral, 'una especie de ecografía' con la que se obtienen 'imágenes muy nítidas'; los magnetógrafos, penetradores de lodo y sistemas de posicionamiento, los arqueólogos irán esta vez 'a tiro hecho', apunta Luaces, que espera confirmar la presencia de al menos quince pecios, la mitad de los que se estima que alberga la ría de Vigo.

Cuenta el arqueólogo que el estado de conservación de los pecios es en general 'bastante bueno', a pesar de que se trata de 'barcos muy expoliados, como casi todos' los que se hundieron en la época y de los que había constancia que venían cargados de oro desde las Indias occidentales o bien transportaban artillería. Aparte, se organizaron 'muchas exploraciones de rescate autorizadas por el Gobierno español', hasta que a partir del siglo pasado empezó a haber restricciones a esta práctica.

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