Director del Observatorio Astronómico Ramón María Aller

José Ángel Docobo: ‘El cielo estrellado es el laboratorio más democrático, al alcance de todos y gratis’

Angel Docabo accederá a la presidencia de la Comisión 26 de la Unión Astronómica Internacional. (Foto: M.V.)
Es el sucesor de Ramón María Aller, el fundador del Observatorio Astronómico de la Universidad de Santiago. José Ángel Docobo era un joven fascinado por el Universo, una afición que convirtió en su trabajo.
José Ángel Docobo (A Coruña, 1951) era un joven fascinado por el Universo y, siguiendo los consejos de un profesor, se fue a Zaragoza para doctorarse en Astronomía e intentar relanzar un centro que, en aquellos tiempos, no pasaba por su mejor momento. Con esfuerzo, capacidad de trabajo y pasión, consiguió que el Observatorio Astronómico de la Universidad de Santiago, que cuenta con el estatus de excelencia investigadora, se convirtiese en un referente en el estudio de las estrellas dobles.

Docobo, que ha colaborado con numerosos observatorios internacionales y ha publicado artículos en las revistas más prestigiosas, es el vicepresidente de la Comisión 26 (estrellas dobles y múltiples) de la Unión Astronómica Internacional y, tras la próxima reunión de Río de Janeiro, accederá a la presidencia. Siempre comprometido en la divulgación de la materia, está volcado en la organización de los actos conmemorativos del Año Internacional de la Astronomía.

Una de las últimas actividades programadas ha sido una conferencia de Francisco Sánchez, el director del Instituto Astrofísico de Canarias. Expuso las posibilidades del telescopio que tienen en el centro insular y avanzó algunas previsiones de futuro. ¿Hay posibilidades de que el nuevo gran telescopio se ubique en las islas?

Sería un impulso definitivo para la Astronomía en España. El proyecto de gran telescopio, con un objetivo de 42 metros de diámetro, es el mayor desafío a nivel científico y tecnológico. A finales de año se decidirá su ubicación y en estos momentos hay tres candidaturas con posibilidades: Hawai, Chile y Canarias. Los responsables del IAC intentan convencer a las autoridades de las ventajas de su propuesta.

¿Qué nos pueden llegar a contar los astros?


Hay muchas cosas por descubrir. Nosotros, que tenemos mucha experiencia en actividades divulgativas, comprobamos a diario que la gente descubre cosas nuevas cuan viene al observatorio. El cielo estrellado es el laboratorio más democrático, está al alcance de todos y es gratis. Con un telescopio convencional o con unos prismáticos podemos acceder a un libro abierto, descubrir por qué la Luna cambia de fases o detectar el paso de algún cometa.

El astrónomo es: ¿un científico tímido o un interpretador de señales del cosmos?


Las cosas no son como antes, ya no estamos con el ojo pegado al telescopio. Las nuevas tecnologías han limitado nuestro acceso al cielo, manejamos grandes telescopios y datos digitalizados sobre diferentes materias: luz de los astros, astronomía óptica, infrarrojos, ultrasonido...

También se cumplen 40 años de la llegada el hombre a la Luna, que se ha convertido en un destino turístico para multimillonarios. ¿Qué le parece?

Siempre que el dinero revierta en la comunidad científica y esta fórmula turística sea respetuosa con el Universo, me parece bien. Hay demasiada basura cósmica y no sería pertinente una contaminación adicional; tampoco podemos permanecer pasivos ante otras contaminaciones como la lumínica, que complica el trabajo de astrónomos y aficionados a la materia.

¿Llegaremos a habitar o, al menos visitar, otros planetas?


El siguiente reto es llegar a Marte, pero lo veo complicado a corto plazo. El éxito de este tipo de proyectos va asociado a las condiciones económicas y pasamos por un momento de crisis muy importante.

Hace un año y medio, un equipo del que usted forma parte descubría la existencia de un planeta gigante fuera del sistema solar. ¿Han dado resultado los análisis de los últimos meses?

No se han producido grandes avances tras el descubrimiento del componente Bb del sistema Gliese 22, cuya masa es 5.000 veces mayor que la de la Tierra. Son sistemas de difícil observación y seguimos trabajando en el proyecto.

Utilizaron un procedimiento novedoso para descubrir su existencia. El método astrométrico ¿en que consiste?

Era la primera vez que se descubría un planeta extrapolar mediante este procedimiento, a través del movimiento de la estrella; se desplaza lentamente y en línea recta, pero si va acompañada no realiza una elipsis perfecta, sino que va haciendo eses. En nuestro caso era triple.

¿Le siguen la pista a algún otro planeta?


Hay varias candidatas a la observación, pero es necesario tiempo: varios meses, quizás años. No es nuestro principal objetivo, nuestra especialidad son los estudios relacionados con las estrellas dobles: órbitas, cálculo de masas, nuevas tecnologías, diferencia de brillo...

El tiempo avala su trabajo y su equipo cuenta con el estatus de excelencia investigadora. ¿En que líneas trabajan en estos momentos?

Nuestra principal línea de investigación es sobre los sistemas estelares dobles y múltiples, aprovechando las posibilidades que nos dan las nuevas cámaras y el telescopio de 62 centímetros de apertura. Estudiamos también la mecánica celeste, así como las trayectorias de bólidos y meteoritos.

Además de bólidos y meteoritos, el cielo gallego también recibe otras visitas de objetos volantes no identificados. ¿Hay menos avistamientos extraños que hace unos años?

Hemos registrado varios en los últimos años. El 4 de enero de 2004, a última hora de la tarde, se registraron avistamientos de cuerpos y, tras el estudio que realizamos, detectamos meteoritos en Castilla León. En 2005 atravesó Galicia un bólido diurno, desde Lugo hasta Portugal y, gracias a la colaboración ciudadana, pudimos realizar un análisis completo de estos fenómenos naturales. Hay otras cosas raras, a las que debemos darle una explicación: tenemos registrado un cohete en septiembre de 2001, un misil militar en junio de 2004...

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