ASESINATO

La joven asesinada en Vigo recibió 10 puñaladas

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photo_camera La comisión judicial levantó el cadáver de la joven alrededor de las once de la mañana, seis horas después de su muerte.

La Policía Nacional tomó declaración al ex novio, a su pareja y a un compañero de trabajo, y registró sus viviendas

La Policía Nacional calificó como prioritaria la investigación de la muerte a puñaladas de la joven ingeniera Ana María Enjamio Carrillo, de 25 años, hallada muerta en el portal de su casa, en el número 40 de la avenida de Madrid, en Vigo, cuando regresaba de la cena de Navidad de su empresa, Cableados Auto. Los primeros interrogatorios fueron a su exnovio y a su actual pareja, así como a sus compañeros de trabajo. La joven recibió entre 8 y 11 puñaladas en la parte superior del tórax y en el cuello -en el lado izquierdo- lo que originó una gran pérdida de sangre. La fallecida era natural de Boiqueixón (A Coruña). La Policía Nacional ya tomó declaración al exnovio de la víctima, a su actual pareja y a un compañero de trabajo, procediendo también al registro de las viviendas de los tres. No se descarta ninguna línea de investigación.

El cuerpo fue hallado sobre las seis de la mañana de ayer por un vecino del segundo piso del inmueble en el que vivía la víctima. La joven se encontraba en medio de un gran charco de sangre en el espacio existente ante la puerta del ascensor, donde parece que fue la agresión. Ana María tenía entre 8 y 11 heridas de arma blanca, la mayor parte en la parte izquierda del tórax y el cuello.

Además, y según transcendió ayer, presentaba la cadena del reloj rota, lo que podría suponer que habría intentado defenderse de su agresor durante el brutal ataque. Los agentes de la Policía Nacional encontraron unos treinta euros a la joven, por lo que se descarta en un principio el móvil del robo, aunque no se encontró el móvil desde el que poco antes había enviado un mensaje a su madre informándole que iba a acudir junto a sus compañeros de trabajo a la cena de empresa en el hotel NH.

La hora de la muerte, que confirmará definitivamente la autopsia que los forenses llevaron acabo en el hospital Nicolás Peña, podría situarse alrededor de las cinco de la madrugada. Unos diez minutos antes, otro vecino del edificio llegó a su casa después de una típica noche del viernes previa a las Navidades. Entró en su domicilio y tras hablar con su madre, que le esperaba despierta, se acostó. A los pocos minutos se escucharon unos gritos de mujer procedentes del portal. Ana María gimió varias veces y llamó a su madre y dijo "no, no por Dios" varias veces ,como intentando conmover a su agresor.

La vecina que escuchó los gritos aseguraba ayer en el portal que "nunca pensamos que podía ser algo así". Visiblemente afectada por lo sucedido, la mujer explicó que "cuando escuché los gritos pensé que sería alguien que regresaba de alguna juerga. No se te pasa por la cabeza que pudieran estar pasando lo que pasó".

Charco de sangre

Desde que los vecinos del primero escucharon los gritos de Ana María y el momento en que fue encontrado el cuerpo pasó más de una hora. Fue otro vecino, en este caso del segundo, el que se encontró el cadáver en medio de un gran charco de sangre en la entrada del ascensor, que se encuentra al fondo del portal y un poco oculto desde la calle. Inmediatamente se dio aviso a la Policía, que en pocos minutos llegó hasta el lugar del suceso cuando aún no habían abierto ni las tiendas y bares de la zona.

Varias patrullas acordonaron el lateral de la avenida de Madrid, en sentido salida, para evitar que se aproximasen los curiosos. La Policía Científica y Judicial inició la recogida de pruebas en el portal y peinaron los contenedores, papeleras y jardines del vecindario en busca de pistas que les lleven hasta el autor del crimen.

Luto en Boiqueixón por la muerte de Ana María

 El alcalde de Boqueixón (A Coruña), Manuel Fernández Munín, decretó ayer con carácter de urgencia tres días de luto oficial y  convocó para el próximo lunes una concentración en repulsa por la muerte de Ana María, natural de este municipio y familiar de un exalcalde de este municipio. La totalidad de la corporación municipal de exte ayuntamiento coruñés expresó su dolor e incomprensión por este crimen y transmitió su apoyo a la familia de la víctima, así como a las personas allegadas de la joven asesinada en Vigo. La consternación es patente en esta pequeña localidad, puesto que se trataba de una muchacha muy conocida, hermana de un jugador del CSD Arzúa, Diego, que ayer se enfrentaban al Lemos, partido que se suspendió en señal de duelo.

Una chica ‘muy guapa' y una ‘buena estudiante'

Ana María fue calificada por todos aquellos que la conocían como una chica muy guapa a la que le gustaba estar en forma y solía ir con frecuencia al gimnasio. Sus familiares, que acudieron ayer por la mañana al juzgado de guardia en Vigo una vez que fueron notificados de la muerte de la joven, explicaron que se había licenciado este año en Ingeniería Industrial en la Universidad de Vigo y que ya había encontrado trabajo en su área en una empresa de Porriño, adonde se trasladaba todos los días con el turismo que se había comprado recientemente y que ayer permanecía aparcado delante de la casa donde vivía porque, al parecer, no lo había usado para ir a la cena. 

Desde hacía algunos meses vivía con otras dos chicas en el piso de la avenida de Madrid, donde sus vecinos no recordaban haberla visto acompañada cuando entraba o salía del edificio. 
Sus amigos de toda la vida la recordaron como una persona muy responsable para con sus actividades estudiantiles y profesionales, resaltando las buenas notas que siempre sacó a lo largo de su carrera de ingeniería en Vigo, aunque ello no significaba que supiera divertirse cuando tocaba y salía con los amigos.

En el edificio donde vivía pocas personas recordaban algo de ella. "Es un piso de alquiler donde cambian con frecuencia los inquilinos" explicaba una vecina. Además, pese a que hace un año hubo algunos problemas con los anteriores moradores, las tres chicas que vivían juntas en el cuarto "no habían dado problemas" y los pocos que sí parecían saber la identidad de la víctima decían que "nunca la vimos entrar o salir acompañada".

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