El acusado, jugador de balonmano, y que se enfrenta a cárcel negó haberse masturbado ante la chica, “jamás, había mucha gente”
Nueve meses de prisión es la pena a la que se enfrenta un jugador de balonmano de un equipo de Chapela acusado de un presunto delito de acoso contra una joven viguesa, hechos por los que ayer fue juzgado en el Penal 2. Pablo G.T, que fue hace unos años concursante del programa de televisión ‘Adán y Eva’ en el que los participantes acuden a buscar pareja desnudos, negó los hechos durante la vista y aseguró que con la víctima sólo tuvo contacto un día cuando ella se paró ante él y sus amigos para ofrecerles publicidad del local del que es relaciones públicas.
El fiscal asegura en su escrito de acusación, que desde marzo a junio de 2017, el acusado estuvo siguiendo acosando a la denunciante por los alrededores del pub para el que trabaja, siguiéndola a pocos metros cuando salía de trabajar y entrando en los mismos locales que ella frecuentaba hasta el punto de prohibírsele la entrada en alguno de los establecimientos.
El 19 de marzo, sostiene el fiscal, intentó besarla en la boca al tiempo que le cogía la cabeza con las manos, mientras que días después se masturbó en su presencia o trató de bajarle el top que llevaba.
Pablo negó tajantemente las acusaciones, “jamás haría una cosa así, la calle estaba llena de gente, no tiene sentido”, señaló y añadió que el día que la joven llamó a la Policía, fue él el que le dijo que lo hiciera, “porque su pareja vino hacia mí cuando yo estaba sentando en un banco con la intención de agredirme y yo no sabía que pasaba”.
Por su parte, la denunciante relató cómo el acusado pasaba casi a diario delante del local donde trabaja en su coche, "para delante y me decía, guapa”. Dio una versión totalmente opuesta a la de Pablo G., al asegurar que no sólo trató de besarla sino que llegó a colocarse junto a garaje enfrente de donde estaba comenzando a masturbarse. "Cuando me intentó desnudar quitándome el top fue cuando decidí llamar a la Policía, le dije a los agentes que sólo quería que me dejara en paz y ellos me aconsejaron interponer una denuncia”, señaló en una versión corroborada por la Policía. La joven, que no pudo reprimir el llanto, ha tenido que dejar de salir por la noche para no coincidir con el acusado.
