Investigadores españoles liberaron, en aguas de la ría de Arousa (Pontevedra), diez caballitos de mar criados en cautividad para estudiarlos y poder conocer más sobre su comportamiento. Este proyecto es pionero en el mundo y los ejemplares pertenecen a la especie Hippocampus guttulatus o caballito de mar narizón.
Investigadores españoles realizaron en aguas de la ría de Arousa (Pontevedra), la primera reintroducción en el océano de caballitos de mar criados en cautividad, iniciativa que permitirá conocer más sobre su compor tamiento y que desmiente el mito de la fidelidad eterna asociado a estos animales. Este proyecto es pionero en el mundo y los diez ejemplares liberados pertenecen a la especie Hippocampus guttulatus o caballito de mar narizón, la más abundante en aguas españolas.
Los ejemplares, genéticamente seleccionados a fin de no alterar la diversidad genética de la población de la zona, van equipados con unos marcadores subcutáneos para permitir su seguimiento, que se prolongará, al menos, un año, según informó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Miquel Planas, investigador del CSIC en el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo y coordinador del proyecto, detalló que al principio haremos un seguimiento muy intenso, sobre todo porque ahora empieza la época de reproducción, lo que nos permitirá conseguir información muy valiosa sobre su madurez sexual y si tienen crías o no.
Además, el estudio posibilitará conocer más sobre sus desplazamientos, su tasa de crecimiento o su esperanza de vida y evaluar la viabilidad de una posible reintroducción controlada que ayude a su recuperación.
La iniciativa es la culminación del proyecto Hippocampus, iniciado en 2006 y que constituye la primera investigación realizada en Europa para el estudio del caballito de mar narizón.
El proyecto tuvo tres objetivos fundamentales: el estudio de poblaciones naturales de las que se desconocía prácticamente todo, desarrollar técnicas de cría en cautividad que permitan establecer bancos reproductores controlados genéticamente y el estudio de la viabilidad de ejemplares nacidos en cautividad una vez incorporados al medio natural, según Planas.
Los ejemplares, genéticamente seleccionados a fin de no alterar la diversidad genética de la población de la zona, van equipados con unos marcadores subcutáneos para permitir su seguimiento, que se prolongará, al menos, un año, según informó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Miquel Planas, investigador del CSIC en el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo y coordinador del proyecto, detalló que al principio haremos un seguimiento muy intenso, sobre todo porque ahora empieza la época de reproducción, lo que nos permitirá conseguir información muy valiosa sobre su madurez sexual y si tienen crías o no.
Además, el estudio posibilitará conocer más sobre sus desplazamientos, su tasa de crecimiento o su esperanza de vida y evaluar la viabilidad de una posible reintroducción controlada que ayude a su recuperación.
La iniciativa es la culminación del proyecto Hippocampus, iniciado en 2006 y que constituye la primera investigación realizada en Europa para el estudio del caballito de mar narizón.
El proyecto tuvo tres objetivos fundamentales: el estudio de poblaciones naturales de las que se desconocía prácticamente todo, desarrollar técnicas de cría en cautividad que permitan establecer bancos reproductores controlados genéticamente y el estudio de la viabilidad de ejemplares nacidos en cautividad una vez incorporados al medio natural, según Planas.