La calle Cacharela, en el barrio vigués de Teis, al límite con Chapela, vive estos últimos días miedo e indignación a partes iguales. La vivienda situada en el número 14 fue okupada el pasado jueves por no menos de tres individuos, siendo alertada su presencia por una vecina a las pocas horas. La decepción llegó cuando la Policía se personó en el lugar al día siguiente y, tras hablar con los okupas, admitió no poder hacer nada por echarlos al momento, instando a los damnificados a denunciar la situación ante los juzgados.
“Esto es indignante. Es una casa que usamos como segunda residencia, donde falleció la madre de mi marido, y tenemos enseres nuestros ahí” afirmó Consuelo Lago, mujer del dueño del hogar, junto con su cuñado. “Es una casa que está para vivir, iba a entrar mi sobrina, que viene de Londres, y mi hija dentro de dos semanas” aseguró, que mostró su enfado tanto por los delicuentes como por la actuación de la Policía: “Vinieron dos patrullas al día siguiente de la ocupación, charlaron con ellos, que mostraron una actitud agresiva y sin intención de irse. Entonces, se dirigieron a mi marido y le dijeron que no se podía hacer nada”.
También mostró su indignación con la justicia, que asegura sentirse “indefensa ante los delincuentes. Consideramos que es un error que la autoridad no lo hayan considerado allanamiento, y que los jueces no nos oyen”. El próximo 4 de octubre tendrán una vista para buscar una solución a la problemática pero, de primeras, “esto se tenía que solucionar antes. Nos está costando dinero y la casa la están destrozando”.
Los vecinos, por su parte, admiten que tienen miedo por la situación. Muchos incluso han instalado alarmas en sus viviendas por el terror a que la suya sea la siguiente. “Esta es una zona con niños, y ahora vivimos con miedo a que les pase algo”, aseguró una vecina. Otro, también con muestras de indignación, lamentó que “la ley los ampare, porque le están destrozando la casa”. Advierten que, por la noche, se pueden sentir varios movimientos con una furgoneta, lo que indica que “están robando las cosas. Dando martillazos y con un olor a quemado de plásticos supongo que será para coger cobre”.
