Los partidos políticos empiezan a digerir los resultados electorales y están analizando -municipio a municipio, calle a calle- dónde ha estado la clave de sus resultados. Para el Partido Popular la lectura deja una clara victoria, aunque ese resultado no puede ocultar que ha perdido dos escaños frente a la anterior convocatoria. Además, lo hace alcanzado un récord de votos al sumar 700.491, lo que supone 72.729 más que en 2020. Sin embargo, el porcentaje de las papeletas depositadas en las urnas en 2024 es un 0,59% inferior al de 2020, razón para explicar la pérdida de los dos diputados. El aumento de la participación -que alcanzó un 67,30%- apenas les ha beneficiado, pero sí lo ha hecho las peculiaridades de la Ley D’Hondt que premia a la formación más votada.
Este apabullante resultado se ha traducido en un mapa teñido de azul en toda Galicia con mayoría en 295 municipios, incluidas seis de las siete grandes ciudades. Tan sólo se le ha resistido Vigo donde, contra todo pronóstico, el PSdeG no fue el partido más votado, sino el BNG. La formación nacionalista sumó 56.820 votos, seguida del PP con 54.010, y como tercera fuerza aparecen los socialistas, con 30.781. En este caso, los resultados pesan sobre Abel Caballero, que había tenido una implicación muy activa durante la campaña que no se ha traducido en los resultados esperados.
El BNG se consolida como segunda fuerza y toca techo con 467.074 votos, una subida de 7,79 puntos que premia la campaña desarrollada por Ana Pontón. El BNG se ha consolidado como primera fuerza en 13 municipios, con espercial relevancia en el municipio ourensano de Vilar de Santos, con un 59,58% de los votos. También son signifcativos los resultados de los nacionalistas en localidades del área viguesa, al vencer en Moaña (46,45%), Cangas (45,96%), Soutomaior (45,27%) y Redondela (39,91%).
Para el PSdeG los resultados son más complicados de digerir con una pérdida en escaños, pero también en influencia territorial que los deja como formación más votada en tan solo cinco municipios. Tres de ellos se localizan en la provincia de Lugo: Negueira de Muñiz, Pedrafita y Ribeira de Piquín; mientras qaue los dos restantes se encuentran en Ourense: en Calvos de Randín y Entrimo.
El CIS, cuestionado por sus encuestas
Las siempre polémicas encuestas electorales avanzaron durante la campaña un escenario que, en su gran mayoría, se ha cumplido. Casi todas ellas acertaron otorgando al PP la oportunidad revalidar su mayoría absoluta. También señalaron que no sería una mayoría holgada, sino que perdería escaños frente a los resultados obtenidos por Núñez Feijóo en 2020.
La excepción de los institutos de sondeo vino del siempre polémico “CIS de Tezanos”, el único que dio al PP de Alfonso Rueda una derrota electoral. La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, que preside el socialista José Félix Tezanos, le rebajó el número de diputados hasta los 34, dando así pie a la formación de un gobierno de izquierdas.
El CIS abría de este modo la posibilidad de una coalición que sustituyera al gobierno del Partido Popular en la Xunta. En su último avance de resultados, con fecha del 12 de febrero, indicaba que el BNG tendría un intervalo de escaños de entre 24-31, mientras que el PSdeG podría llegar a obtener entre 9 y 14 diputados. Un resultado lo suficientemente ambicioso como para formar un nuevo bipartito al frente del Gobierno de la Xunta.
Betanzos, el “Ohio gallego” reprodujo los resultados obtenidos en Galicia
La localidad de Betanzos, en A Coruña, se convirtió de nuevo en estas elecciones autonómicas en el “Ohio gallego” al reproducir casi de forma idéntica el resultado final de los comicios. Así, en el municipio coruñés los populares lograron el 47,97% de los votos, apenas seis décimas por encima del 47,36% total. La segunda fuerza, el BNG, se llevó en Betanzos el 29,8% de los sufragios, una variación de punto y medio respecto al 31,57%. Por su parte, el PSdeG, que obtuvo el 14,04% de los sufragios, se quedó en Betanzos en el 15,2%.
