Minúsculos milagros con ayuda de la tecnología

Incubadora de una unidad de neonatología. (Foto: Archivo )
Minúsculos milagros con ayuda de la tecnología Dos o tres bebés nacen cada semana en Galicia con un peso inferior a los mil gramos. Los hospitales gallegos atienden anualmente entre 100 y 150 grandes prematuros o neonatos de alto riesgo, criaturas que en el 75% de los casos están condenadas a algún tipo de secuelas. Son niños con menos de 24 semanas de gestación que, gracias a los avances tecnológicos experimentados en las últimas décadas, consiguen salir adelante. Los comités de ética marcan como umbral de supervivencia los 500 gramos de peso o los seis meses de gestación.




En los años setenta sólo sobrevivía el 30% de los bebés nacidos en la semana 28 de gestación, ahora sobrepasan el 85%
SANTIAGO

Manuel Villar Los sietemesinos que salían en el NODO no aparecían en incubadoras, ni enganchados a una docena de cables. Los bebés que asomaban la cabeza hacia la semana 28 de gestación iban para una cajita de cartón con algodones; su supervivencia quedaba encomendaba al calor que podía desprender esa nube blanca acolchada. Hasta los años setenta salían adelante un 30% de los nacidos antes de la semana 32 de embarazo.

El tiempo ha pasado. El blanco y negro granulado de la televisión del franquismo queda muy lejos; mandan las pantallas de plasma. La revolución tecnológica no se ha limitado al espectro catódico, en las unidades de cuidados intensivos para neonatos va unos pasos por delante. Lo comprueban a diario los niños, y padres, que pasan sus primeros dos o tres meses en un incubadora.

La mitad de los nacidos tras 24 semanas de embarazo mantienen la vida, aunque se exponen a posibles daños neuronales. La supervivencia se eleva al 75% entre los nacidos tras la semana 26 de gestación y alcanza el 85% para los que han estado 27 semanas en el útero materno. Los comités de ética de los hospitales de Galicia establecen el umbral de supervivencia en las 24 semanas de gestación o el medio kilogramo de peso, pero los médicos advierten de las secuelas neurológicas que pueden sufrir esos niños.

Los que nacen antes de los seis meses de embarazo no tienen prácticamente ninguna posibilidad de salir adelante sin consecuencias moderadas o graves. Esas secuelas hacen que muchos especialistas consideren inaceptable utilizar métodos artificiales de reanimación. ‘Si ese bebé respira, llora o hace algún esfuerzo por la vida hay una obligación de apoyarle tecnológicamente aunque el resultado no siempre sea satisfactorio, pero yo no soy partidario de que se apliquen medidas extraordinarias para mantener con vida a bebés que nacen con menos de 500 gramos’, explica José María Fraga Bermúdez, jefe del Servicio de Neonatología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), que cada año atiende una treintena de bebés con peso inferior a un kilogramo, a los que los médicos denominan neonatos de alto riesgo o grandes prematuros; en los hos pitales gallegos nacen cada años entre 100 y 150 bebés de estas características. El 85% sobreviven, ‘algo impensable hace un par de décadas’, pero una cuarta parte tiene secuelas.

Un niño está preparado para nacer entre las 37 las 40 semanas de gestación, pero muchos se adelantan. La mayoría de los prematuros pasaron en el útero materno entre 25 y 36 semanas; la maduración de los órganos se produce en el último trimestre de embarazo y ‘las posibilidades de salir adelante sin complicaciones aumentan notablemente cuando el parto se produce tras esos nueve o diez meses de gestación’.

Posibilidades

La supervivencia a las 24 semanas es del 40%, un porcentaje que asciende al 55% en las 25 semanas y hasta el 75% en las 26. Un 73% de los neonatos tienen secuelas cuando su peso oscila entre los 500 y los 750 gramos; las posibilidades de danos descienden hasta el 41% para los casos de bebés que pesan entre 650 gramos y un kilo en el momento del nacimiento.

Cuando la formación intrauterina se interrumpe casi cuatro meses antes de lo habitual (entre 37 y 40 semanas), la fragilidad del bebé obliga a una reanimación tecnológica durante dos o tres meses. Los protocolos internaciones establecen en las 24 semanas el límite oficial de viabilidad vital, pero muchos pediatras y neonatólogos han demandado la modificación de este parámetro y el establecimiento del umbral de supervivencia en las 26 semanas.

Los diversos estudios no dejan lugar a la duda: más de la mitad de los nacidos a los seis meses no salen adelanta o tienen secuelas graves, mientras que la supervivencia aumenta hasta el 75% para los que nacen con dos semanas más de gestación. La diferencia en quince días es notable.

‘Quienes llevamos tiempo trabajando en la unidad de neonatología sabemos que dos semanas más son muy importantes para un prematuro’, explica María, veterana en el cuidados de grandes prematuros. ‘Son niños que nacen con un alto riesgo de sufrir un retraso en el crecimiento y con muchas problemas en su desarrollo neurológico y cognitivo. Lo lógico es evitar el encarnizamiento terapéutico en los casos más complicados y pactar con los padres una reanimación menos agresiva, advirtiendo siempre las secuelas que pueden tener’.

Uno de cada diez bebés nace antes de lo previsto


Sietemesinos y ochomesinos los ha habido siempre, pero cada vez son más. En los últimos años han aumentado notablemente los partos previos a la semana 37 de gestación, umbral a partir del cual se inicia el protocolo para ‘embarazos llegados a su término’.

Entre un 10% y un 12% de los 520.000 nacimientos registrados en España en 2008 fueron prematuros. Las unidades de neonatología de los hospitales gallegos sacaron adelante 1.169 bebés que se adelantaron a la fecha prevista y tuvieron que ingresar en una incubadora de intensivos para superar el déficit de maduración de órganos.

Las estadísticas indican que los partos prematuros han aumentado un 60% en la última década y los especialistas atribuyen este incremento fundamentalmente a un factor: el desarrollo de la tecnología capaz de salvarle la vida, aunque en algunos casos deje secuelas.

Los avances de la investigación en este campo han permitido que los servicios de neonatología del Servizo Galego de Saúde incorporasen los equipos más innovadores y consiguiesen disminuir la tasa de mortalidad infantil. El Instituto Nacional de Estadística la sitúa en un 3,3 por cada mil habitantes; en el 2007 nacieron en Galicia 21.752 criaturas, de las que 72 fallecieron en su primer año de vida, según el último informe del INE.

Los problemas y los riesgos, en todo caso, no desaparecen en los primeros meses. Un 10% de los menores de 6 años sufren alguna alteración neurológica que en la mayoría de los casos está asociada a un nacimiento antes de término o a problemas durante la gestación.

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