Los vecinos de un edificio de Vigo avisaron a emergencias alarmados por los chillidos reiterados de una voz femenina de madrugada. No tenían que ver con la violencia: eran alaridos de placer

Una mujer, que temían agredida, gritaba por ser multiorgásmica

Eran aproximadamente las tres de la madrugada del domingo, cuando la Policía y el 061 de Vigo recibían un aviso de emergencia desde un edificio de la calle Torrecedeira. Varios vecinos, alertados por los gritos de una mujer, como 'poseída' -durante casi media hora- decidieron dar la voz de alarma. Tanto desde Comisaría como desde el 061 confirmaron a este diario el mencionado aviso. Al llegar al lugar, la patrulla y los sanitarios fueron informados de los gritos que se escuchaban desde una ventana de uno de los pisos y que alertaron a la mayoría de los residentes, al producirse de forma continuada y en mitad de la madrugada.
Tras realizar las pertinentes averiguaciones, ni la Policía, ni los sanitarios tuvieron finalmente que intervenir ya que no se trataba de ninguna agresión ni había nadie herido. Muy al contrario. La mujer protagonista de los gritos, no chillaba de dolor, sino de placer. Al ser una mujer multiorgásmica, los alaridos se repetían con fuerza cada vez que alcanzaba el climax.

Fuentes policiales sólo aseguraron que una dotación se personó en el edificio requerido, sin que finalmente tuvieran que intervenir, mientras que desde el 061 se informó igualmente de su desplazamiento hasta el lugar indicado tras varios avisos a la central de que una mujer estaba gritando. Confirmaron, asimismo, que no realizaron ningún traslado al cerciorarse de que no había heridos.

Pero el episodio corrió como la pólvora en el edificio, ya que la ventana de la habitación donde la pareja estaba haciendo el amor se encontraba abierta y los gritos alarmaron y despertaron al vecindario.


INSOMNIO

El misterio se resolvió poco después de llegar los efectivos, sin que se pudiera evitar la incredulidad entre quienes habían sido despertados en medio de la noche a consecuencia de unos gritos cuyo origen pocos hubieran imaginado.

Tras una noche de insomnio generalizado en el mencionado vecindario todo quedó en una anécdota a la que algunos todavía no dan crédito. El despliegue de efectivos resolvió la cuestión en un breve espacio de tiempo, aunque fue una noche larga para la pareja protagonista y quienes fueron testigos acústicos de lo ocurrido.

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