Obispos españoles aclaran las ideas del teólogo Antonio Torres Queiruga para evitar 'confusión' y proteger la doctrina

La Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha emitido una notificación --aprobada por la Comisión Permanente en su CCXXIII reunión-- para 'clarificar' el pensamiento del teólogo español Antonio Torres Queiruga con el objetivo de evitar la 'confusión' de los fieles y para 'salvaguardar aspectos esenciales de la doctrina social de la Iglesia'.
La Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha emitido una notificación -aprobada por la Comisión Permanente en su CCXXIII reunión- para 'clarificar' el pensamiento del teólogo español Antonio Torres Queiruga con el objetivo de evitar la 'confusión' de los fieles y para 'salvaguardar aspectos esenciales de la doctrina social de la Iglesia'.

Así, el obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes, como presidente de la comisión episcopal competente, y en nombre de toda la Conferencia Episcopal, explica que esta nota se publica tras un estudio de la abundante producción literaria de Queiruga y después de un diálogo 'extenso y detenido' con el teólogo ante las 'repetidas' consultas que han llegado a la CEE sobre la conformidad de sus escritos.

Concretamente, los obispos apuntan que la noción de 'cambio de paradigma' empleada por el profesor Torres Queiruga y las conclusiones que se siguen de ella 'no siempre son compatibles con la interpretación auténtica que ha dado la Iglesia a la Palabra de Dios escrita y transmitida'.

De esta forma, tomando como referencia algunas de sus obras dedicadas a la Revelación, al diálogo de las Religiones y a la Resurrección, concluyen que, entre los elementos de la fe de la Iglesia que quedan distorsionados en los escritos del profesor, está 'la clara distinción entre el mundo y el Creador, y la posibilidad de que Dios intervenga en la historia y en el mundo más allá de las leyes que Él mismo ha establecido'.

Asimismo, consideran que tampoco queda clara la distinción entre creación y salvación; el carácter indeducible de la Revelación, mediante la cual Dios ha dado a conocer al hombre su designio salvífico; la unicidad y universalidad de la mediación salvífica de Cristo y de la Iglesia; el realismo de la resurrección de Jesucristo, en cuanto acontecimiento histórico (milagroso) y trascendente; el sentido genuino de la oración de petición, así como el valor de la intercesión y mediación de la Iglesia en su oración por los difuntos; y la distinción real entre el momento de la muerte personal y el de la Parusía, entendida ésta como culminación y plenitud de la Historia y del mundo.

Así, por ejemplo, sobre el pensamiento de Torres Queiruga sobre la Resurrección de Jesucristo, la CEE señala que para este teólogo el acontecimiento de la Resurrección es una acción de Dios por la que impide que Jesús sea anulado por la muerte, de forma que, en su pensamiento, 'la fe en la Resurrección no es aceptar la verdad de un acontecimiento histórico y del que haya manifestaciones históricamente comprobadas, sino tener la convicción de que Jesús está vivo, en un modo de vida en la que hay una ausencia de corporeidad'. De hecho, según indica, para Queiruga, 'lo lógico es que el cuerpo no haya resucitado'.

Ante estas afirmaciones, los obispos aclaran que el hecho de que la Resurrección de Jesucristo no sea una simple revivificación de un cadáver, no conlleva necesariamente que sea algo ajeno a la historia y sin posibilidad de ser verificado por testigos de una manera objetiva.

En esta línea, recuerdan que el Catecismo de la Iglesia Católica, que debe ser considerado como 'regla segura para la enseñanza de la fe', recoge que 'es imposible interpretar la Resurrección de Cristo fuera del orden físico, y no reconocerlo como un hecho histórico'.

Finalmente, los obispos aseguran que la Iglesia alienta la tarea de los teólogos y valora 'profundamente' su empeño por comunicar la Palabra de Dios respondiendo a las inquietudes de este tiempo, pero advierten de que 'el uso de determinados instrumentos filosóficos o históricos debe estar guiado por la misma doctrina revelada' pues, según apuntan, 'el valor de las intervenciones magisteriales no es fruto de una teología opinable'.

'Con la presente notificación, la Comisión para la Doctrina de la Fe espera igualmente que el profesor A. Torres Queiruga siga clarificando su pensamiento y lo ponga en plena consonancia con la tradición de fe autorizadamente enseñada por el Magisterio de la Iglesia', concluyen.

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