Los padres del niño vigués de once años que lleva más de un mes sin ir a clase desde la agresión que sufrió por parte de un compañero del colegio Santa Cristina de Lavadores han dejado de enviar al mismo centro a su hermano, de nueve años, desde este lunes 'porque es insufrible lo que le están haciendo pasar'.
Guillermo Costa, padre de Izzan, ha manifestado que resulta 'lamentable' que sea el agredido quien tenga que 'escapar' y buscarse otro centro escolar para el curso que viene, ya que la Consellería de Educación le deniega el traslado a estas alturas, mientras 'el agresor queda impune'.
Critica que 'nadie se haya preocupado' por su hijo en todo este tiempo que ha faltado a las clases cuando 'está recibiendo medicación' para dormir; no come -'ha adelgazado un montón', apunta-, 'y se pregunta por qué sus profesoras no lo defienden a él' cuando 'jura y perjura que no hizo nada'.
Considera 'negligente' la actitud de la dirección del centro escolar porque, según su versión, el niño estuvo diez minutos en el suelo del patio tras recibir una patada en los genitales, y porque al percatarse de que sangraba por el calzoncillo, lo 'interrogaron' en un despacho antes de llamar a una ambulancia urgentemente.
Recuerda que su hijo ya había ido dos veces a urgencias por una rotura de un diente y por una conmoción cerebral, y que tras el episodio más reciente la directora se comprometió a expulsar al presunto agresor, pero finalmente lo castigaron con no ir a actividades extraescolares ni al recreo, lo que no ve 'equilibrado'.
Es por ello que sus padres decidieron no enviarlo más al colegio, de lo que informaron por escrito al Fiscal de Menores, al que ha dado traslado de los hechos la Consellería de Educación de la Xunta como un caso de absentismo escolar.
Guillermo Costa se queja de que no le hayan ofrecido la posibilidad de recurrir al psicólogo de Educación y de que el colegio no le haya facilitado los deberes para que el niño no pierda 'la dinámica de la clase' mientras recibe lecciones en su casa por las tardes a través de una profesora particular.
Critica que 'nadie se haya preocupado' por su hijo en todo este tiempo que ha faltado a las clases cuando 'está recibiendo medicación' para dormir; no come -'ha adelgazado un montón', apunta-, 'y se pregunta por qué sus profesoras no lo defienden a él' cuando 'jura y perjura que no hizo nada'.
Considera 'negligente' la actitud de la dirección del centro escolar porque, según su versión, el niño estuvo diez minutos en el suelo del patio tras recibir una patada en los genitales, y porque al percatarse de que sangraba por el calzoncillo, lo 'interrogaron' en un despacho antes de llamar a una ambulancia urgentemente.
Recuerda que su hijo ya había ido dos veces a urgencias por una rotura de un diente y por una conmoción cerebral, y que tras el episodio más reciente la directora se comprometió a expulsar al presunto agresor, pero finalmente lo castigaron con no ir a actividades extraescolares ni al recreo, lo que no ve 'equilibrado'.
Es por ello que sus padres decidieron no enviarlo más al colegio, de lo que informaron por escrito al Fiscal de Menores, al que ha dado traslado de los hechos la Consellería de Educación de la Xunta como un caso de absentismo escolar.
Guillermo Costa se queja de que no le hayan ofrecido la posibilidad de recurrir al psicólogo de Educación y de que el colegio no le haya facilitado los deberes para que el niño no pierda 'la dinámica de la clase' mientras recibe lecciones en su casa por las tardes a través de una profesora particular.
