GALICIA

"Pánico y miedo", así definen los vecinos el incendio de Rianxo

Incendio 2019 Rianxo
photo_camera Dos vecinos ayudan en las labores de extinción de incendio registrado en Rianxo.

Varios vecinos deciden abandonar sus casas a pesar de no ser desalojados, mientras que otros resisten: "Hay que ayudar"

"Pánico" y sobre todo "miedo" son las palabras que más repiten los vecinos de los lugares de Meiquiz y Cabanas, en la parroquia de Leiro del ayuntamiento coruñés de Rianxo, al ver que se aproxima cada vez más a sus casas el incendio que afecta ya a casi 850 hectáreas en los municipios de Dodro y Rianxo.

Y no es para menos. El aire es casi irrespirable, sobre todo para los más pequeños. Así, varias vecinas han asegurado, mientras huían de sus viviendas, que "las casas no importan", porque lo importante "es que los niños (de apenas un año) no respiren esto".

Sin embargo, las administraciones no les han pedido que dejen sus hogares, al menos todavía. Aunque sí se han desalojado, por culpa del humo, el instituto Félix Muriel y la escuela unitaria del lugar de Rañó, en el ayuntamiento coruñés de Rianxo.

Pero los habitantes se sienten "impotentes". Josefina Sousa, vecina del lugar, ha lamentado "la vergüenza" que supone que esté ardiendo el monte. "Tenía que haber un ente público que obligase a limpiar esas zonas. Muchas fincas no son de los vecinos. Si se les mandase limpiar esto no pasaría", ha sentenciado Sousa a Europa Press.


"Deja vu"


En esta situación, ha subrayado sentir una sensación de "Deja Vu", ya que, apenas hace 13 años ya habían vivido una situación muy similar al lado de las mismas casas.

"Aún recuerdo el incendio del 2006. Nunca olvidará aquel 6 de agosto. El miedo es el mismo, porque también casi llegó a las casas", ha relatado Sousa, que con más de setenta años ya ha sufrido varios incendios a lo largo de su vida.

Por su parte, otros deciden quedarse. "¿Cómo nos vamos a ir de aquí? No vamos a dejar nuestras casas. Aquí tenemos todo", han explicado. De esta manera, han decidido quedarse, ya que, según han relatado, "hay que ayudar" en lo que sea posible, por lo que han tratado de organizarse para ayudar a los servicios de emergencia en la extinción del fuego.

Otros defienden sus negocios, como fue el caso de los dueños de una granja con más de 20.000 pollos situada en el lugar de Cabanas que, con la ayuda de la Guardia Civil, han humedecido la zona para evitar que las llamas llegasen a las instalaciones.

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