Pasó atrás de un superviviente

La primera vez que se sentó en la silla de secretario general del PSdeG-PSOE, cuatro días después de recibir el 91% de los apoyos de la militancia en el congreso que se celebró en Pontevedra, a Pachi Vázquez se le preguntó qué sentía. Antes de responder repasó con la mirada el despacho casi sin usar que había dejado Emilio Pérez Touriño.
'Pues siento como el chiste del policía local que se ponía la gorra de plato y decía: 'ya me siento con una mala hostia'. Pachi Vázquez es simpático, una persona con una gran capacidad en el cuerpo a cuerpo, ganador en las distancias cortas, político de cercanías.
Hasta a él le sorprendió aquel resultado en Pontevedra porque era un experto en perder congresos: 'Apoyé a Bono y salió Zapatero, fui con Miguel Cortizo porque me unía una gran amistad y no podía fallarle y salió Touriño'. Pachi Vázquez había ganado a la soviética, pero muchos pensaban que era una figura de transición, alguien que no llegaría a ser candidato y cedería gustosamente el paso a José Blanco cuando llegase el momento de las elecciones. 'Desde el principio de mi vida política cuando comienzo algo siempre hay cierto escepticismo sobre mí. 'No es para tanto, es un buen chaval pero...' Sin embargo estoy aquí y va a salir bien'. Cuando anunció que se iba a presentar a la alcaldía de O Carballiño en 1991 por el PSOE, los socialistas tenían un concejal de 17 y 300 votos en el zurrón. 'Conseguí 4.500 votos y la mayoría absoluta', recuerda.
Cuando aspiró a la secretaría provincial de Ourense le advirtieron de que era imposible poner orden en esa jaula de grillos 'y se hizo'. 'Elegimos candidato dentro de tres años, pero que no se confunda nadie. Como tenga la confianza de los socialistas gallegos voy a por todas y no hay quien me mueva. Me apartaré si me lo pide el PSOE de Galicia no si me lo pide Pepe Blanco. Si la militancia dice que es él, pues cuerpo a tierra', confesaba a finales de marzo de 2009.
Pachi Vázquez asegura que no es de nadie, que no se le puede encasillar en las distintas familias de los socialistas gallegos. 'Yo llegué aquí subiendo a pulso por la cuerda de la militancia', repite. Y en esa militancia se tuvo que apoyar el pasado mes de marzo cuando le ganó el congreso a la exministra Elena Espinosa, a la que le entraron unas repentinas ganas de reconducir el socialismo gallego al contar con el respaldo de pesos pesados del partido como Abel Caballero, José Blanco o Francisco Rodríguez.
Vázquez volvió a salir victorioso pero continuó el escepticismo sobre su liderazgo. Alejado de Abel Caballero por ser implacable con Carmela Silva por la norma 'una persona un cargo'; con José Blanco aireando la posibilidad de presentarse a las primarias prometidas; con Francisco Caamaño diciendo en los medios una cosa y al secretario general otra, saliendo a flote con apuros de los diferentes congresillos del partido, el adelanto electoral que decidió Alberto Núñez Feijóo jugó a su favor.
A los popes del socialismo gallego no le quedó más remedio que tragar con un candidato que acostumbra a jugar 'en el área pequeña', como en sus tiempos de futbolista en Tercera División. Una vez más el soldado Pachi salía vivo de la batalla. Era su divisa. Tras empezar este médico epidemiólogo su carrera en el CDS 'porque era el único espacio que había en O Caballiño', se marchó para su casa por un giro a la derecha.El PP llamó a su puerta y dijo 'no mil veces' ,y cuando recibió la invitación del PSOE para entrar en el partido acudió a la sede y tras aceptar le dijeron que iban a votar para saber si lo admitían. 'No entendía nada. Eran 19 y el resultado fue 19 a cero para que no entrase. Me fui pensando que había hecho el parvo. A los 20 días volvieron a llamarme para disculparse y en la votación salió que me admitían. Es una anécdota que demuestra el hermetismo que había en el partido'. Ha sido tal su capacidad de resistencia que muchos analistas políticos tiran el paralelismo con el aguante de Mariano Rajoy para ser candidato del PP a la presidencia del Gobierno, pero él se quedó lejos de la meta.
Pachi Vázquez no es hombre de despacho, le gusta escuchar y ver como crece la hierba política. Sólo así se explica que haya sido capaz de aguantar el pulso a José Blanco, Abel Caballero, Francisco Caamaño y demás fuerzas vivas del socialismo a los que no les quedó más remedio que remar en la misma dirección como en su día hicieron en O Carballiño. Y ahí se mantuvo Pachi Vázquez, que descubrió ya siendo un rapaz que se llamaba Manuel, porque Pachi le quedó de Pachín, un futbolista del Real Madrid. Hasta hace poco en su casa sus hijos gritaban cuando respondían a una llamada: 'Papá, aquí hay un tipo que pregunta por un tal Manuel Vázquez'.
Ese Manuel al que todos conocen por Pachi ha llegado mucho más lejos de lo que le auguraba todo el mundo, siempre tirando de la misma cuerda del pueblo, regresando todos los días a su aldea para darse un paseo 'por su hacienda', como le llama con cariñosa retranca a su finca, a lomo de una de sus yeguas. 'Cuando te enfrentas a alguien de O Carballiño si empatas, considéralo como una victoria', acostumbra a decir. Lo dice alguien que ganó o empató en la vida contra pronóstico, pero que ayer sufrió su derrota más dolorosa.

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