crimen machista

La Policía busca el móvil de Ana Enjamio y el arma con la que fue asesinada

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Las cámaras de tráfico de la avenida de Madrid podrían haber grabado al sospechoso la noche del asesinato

La Policía Nacional apurará el máximo posible el tiempo en que el detenido por el crimen de Ana María Enjamio, de 25 años, puede permanecer en las dependencias de la Comisaría. El sospechoso, César Adrio Otero, se acogió desde un primer momento a su derecho a no declarar. El hombre fue informado de que era detenido como sospechoso de la muerte de la joven cuando le dieron el alta médica en el Álvaro Cunqueiro, una vez evaluada su situación al haber ingresado por una tentativa de suicidio. 

En estos momentos, y tras más de cuarenta y setenta y dos horas del crimen, los agentes de la UDEV, encargados de la investigación, siguen buscando el arma con la que fue asesinada la joven. La profundidad de las heridas hace sospechar que se trata de un cuchillo, posiblemente sin dentar.

¿Dónde está el móvil?

Otro de los puntos claves de la investigación que aún continúan en punto muerto es el teléfono móvil de la víctima, único objeto que desapareció del lugar del crimen y en el que podría estar la clave de la muerte de Ana. Los agentes peinaron la avenida de Madrid buscando en contenedores, papeleras y zonas ajardinadas y descampados. También rastrearon las inmediaciones de la casa donde el detenido vive en la actualidad. 

GRABACIONES

También hace falta determinar si el agresor esperaba a la víctima dentro del portal del edificio o se encontraba en el exterior esperando su llegada de la noche de fiesta. Ana llegó sobre las cinco de la madrugada en el coche de una compañera de trabajo, que la dejó frente a la puerta y se marchó. Situar al detenido en el lugar del crimen es vital en la investigación. Las cámaras de tráfico que se encuentran instaladas en la avenida de Madrid podrían ser la clave para que la Policía elimine cualquier duda a la hora de determinar que César estuvo allí a la hora en la que se produjo el apuñalamiento de la joven. En total fueron diez heridas situadas en el lado izquierdo, a la altura del tórax. El cuerpo quedó tirado en el suelo con parte dentro del ascensor, donde había un gran charco de sangre. Un vecino que regresaba a las seis de la madrugada se encontró el cadáver.

Desde un primer instante, la Policía centró sus pesquisas en el entorno de la chica e identificó e interrogó a las compañeras de trabajo con las que la víctima estuvo en una cena de empresa, así como a su exnovio y al ahora detenido. 

La detención de César Adrio Otero, de 38 años, ingeniero en el Grupo Cablerías gran conmoción entre  sus compañeros. El investigado por presunto asesinato y que fue detenido horas después del crimen tras intentar suicidarse en el domicilio de sus padres, no ha confesado el crimen, es más por el momento se ha negado a prestar cualquier tipo de declaración al respecto. Él era una de las cuatro personas sobre las que la Policía centraba las investigaciones al haber mantenido una relación fugaz con la víctima.

PADRE DE DOS NIÑOS Y SEPARADO

Padre de dos niños y separado recientemente, se había trasladado a vivir de Candeán, su domicilio familiar, al de sus padres en Teis, donde ayer los vecinos mostraban su sorpresa. A la víctima la conoció en la empresa, situada en el polígono de As Gándaras, donde llegó a ser su jefe.  Fuentes del entorno aseguran que el hombre estaba en proceso de divorcio y que llevaba poco tiempo en la casa de sus padres, una situación que le habría generado ciertos problemas psicológicos.

Pocos querían ayer hablar de lo ocurrido. Sus compañeros comunes se mostraron muy afectados y apenas daban alguna seña de la personalidad de César. Ana María estuvo trabajando en la misma empresa hasta el viernes. 

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