Rajoy se muestra 'dispuesto a colaborar' en la reforma si el Gobierno acepta sus planteamientos

El PP se opondrá a que la caja gallega pierda su estatus

Mariano Rajoy junto a Alberto Núñez. (Foto: Vicente Pernía)
El líder nacional del PP fue explícito al exhibir su postura sobre la reforma de las cajas que acometerá el Gobierno y que dejaría en muy mala posición a Novacaixagalicia. El incremento de los nuevos requisitos de solvencia, casi imposibles para la caja gallega, la abocaría a una nueva fusión, a convertirse en banco o a vender parte al Estado.
En el capítulo que Mariano Rajoy dedicó ayer a las cajas, en su discurso de clausura de la convención municipalista del Partido Popular gallego, se detuvo en esta última posibilidad, 'la nacionalización', que rechaza porque 'España ya no está en la época de las bancas públicas'.

El presidente del PP se mostró contrario a la reforma, pero dijo estar' dispuesto a colaborar' siempre que el Ejecutivo 'haga caso a los planteamientos razonables' de los populares, que pasó a enumerar. El primero, sanear los balances y ayudar a las entidades financieras que lo hayan hecho, caso de Novacaixagalicia.

Rajoy defendió la pervivencia de esta para que haya competencia, 'no un país con tres o cuatro entidades', y que fluya el crédito. Las mayores exigencias de capital obligarían a restar de lo disponible para créditos, argumenta el líder popular, que prometió defender Novacaixagalicia, 'dar la batalla, esa apuesta la hacemos muchos y se va a conseguir la victoria, seguro'. Desde la primera fila lo escuchaba atento Alberto Núñez Feijóo, que confía en que una negociación del PP con el Gobierno haga más asumibles para la caja gallega unas exigencias que, hoy por hoy, hacen peligrar su futuro.


RADICALIZACIÓN DEL PSOE

Mariano Rajoy, que centró su intervención en criticar la gestión de la crisis, considera que los socialistas han derivado hacia posturas extremas. 'Cuanto peor lo hace más se radicalizan, porque creen que así logran más votos', dijo para responder a las duras descalificaciones pronunciadas la víspera por dirigentes del PSOE en su convención de Sevilla. 'España no tiene un problema ideológico, sino de competencia', dijo para acusar a Rodríguez Zapatero de dar 'bandazos' con la economía. 'El desempleo es la plasmación gráfica de la incapacidad absoluta del Gobierno', resumió antes de decirse 'sorprendido' por ver al Ejecutivo y a los sindicatos 'celebrar con grandes fotos' el recorte de las pensiones.

'¿Qué haríamos nosotros?', se preguntó Rajoy, que citó dos grandes remedios contra la crisis: confianza y dinero. La primera se consigue con un gobierno serio, 'aunque no te guste, pero que se le reconozca entidad', con un plan de reformas 'que no cambie cada media hora, aunque no te guste; es mejor una regla de juego mala que la ausencia de ellas'. Para conseguir dinero, austeridad, estabilidad presupuestaria, fijar un techo de gasto para autonomías y ayuntamientos, un modelo laboral 'más flexible' y energía nuclear. 'Tanto verde y somos el cuarto país en el coste de la luz. Queremos energía nuclear porque hay que contar con todas'.

'España tiene una urgencia: la de un gobierno con un solo criterio y no con diez', criticó Rajoy para poner al de Feijóo como ejemplo a seguir y al que defendió de las críticas de la oposición por el incremento del paro en Galicia, cargando la responsabilidad en el Ejecutivo central. 'Las competencias de empleo son del Gobierno. Las autonomías y los ayuntamientos pueden ayudar, pero el grueso de las competencias es del Gobierno', apostilló.

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