La comisión judicial hizo dos intentos frustados para desalojar de su casa a Aurelia Rey, de 85 años

La presión popular frena el desahucio de una coruñesa

Aurelia Rey, en primer plano, durante la protesta a las puertas de su domicilio. (Foto: CABALAR)
La comisión judicial que tenía orden de desahucio de una octogenaria en A Coruña, Aurelia Rey, por impago de un mes de alquiler, desistió, tras dos intentos, en su objetivo de desalojar ayer a la anciana de la vivienda en la que reside. Ahora el Servicio Común de Notificaciones y Embargos deberá fijar una nueva fecha para el desalojo, según fuentes judiciales.
Durante los intentos de desahucio se vivieron momentos de tensión entre las personas concentradas ante el inmueble donde reside la octogenaria, el número 9 de la calle Padre Feijoo, y los agentes de la Policía Nacional y Local desplegados en la zona, al tiempo que se escucharon gritos pidiendo la dimisión del delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez.

En la movilización para frenar el desalojo hubo enfrentamientos con la Policía Nacional, en concreto empujones, agarrones y varias personas inmovilizadas y tiradas en el suelo, entre ellos el portavoz municipal del Bloque en el Ayuntamiento de A Coruña, Xosé Manuel Carril, y el portavoz del BNG en el Parlamento gallego, Francisco Jorquera. Todo esto ha sucedido cuando se intentaba evitar que se materializase el desahucio y mientras algunos bomberos se negaban a colaborar en el desalojo pese a la advertencia de ser expedientados.


IMPAGO DE UN MES

Sobre las diez de la mañana estaba previsto el desahucio de Aurelia Rey, una mujer que llevaba viviendo más de 30 años en el inmueble y a la que una sentencia obliga a abandonar su vivienda por impago de un mes de alquiler que la afectada afirma haber pagado. Desde primera hora, numerosas personas, unas 200, se concentraron ante su vivienda para impedir el desalojo, alegandosu avanzada edad y el hecho de que los dos impagos que, según Stop Desahucios, tuvo la mujer, uno en 1999 y otro en marzo de 2011, fueron abonados con posterioridad.

Hasta la calle donde reside se desplazó la comisión judicial que, sin embargo, no llegó a hacer efectivo el desahucio ante la amplia presencia de ciudadanos que se habían apostado delante del portal del inmueble para impedir su entrada y la de los agentes de la Policía desplegados en la zona.

Sobre las 13,00 horas, se comunicó que la comisión judicial había aplazado el desalojo y así se transmitió a los medios. Una hora después, un número mayor de efectivos policiales, con varias decenas de agentes, regresó a la zona para intentar, de nuevo, la comisión judicial proceder al desalojo.

Varias personas ubicadas dentro del portal habían colocado un cadena que impedía el acceso, mientras otras, en el exterior, hacían lo mismo. Fue en ese momento cuando se vivieron los mayores momentos de tensión con empujones y agarrones que acabaron con algunas personas tiradas y arrastradas por el suelo. En esos momentos, los bomberos que habían sido requeridos para abrir la puerta del inmueble se negaron a hacerlo e incluso uno de ellos exhibió una de las pancartas de la Plataforma Stop Desahucios, convocante de la concentración en apoyo a la octogenaria.

Por este motivo, se requirió la presencia de una segunda dotación de bomberos. Finalmente, uno de ellos sí procedió a romper la cadena, aunque tampoco en esta ocasión se pudo acceder al interior del inmueble por la presencia de personas dentro del portal que impedían el acceso.

A diferencia de sus compañeros, vitoreados por las personas concentradas, este bombero fue abucheado. Lo mismo les ocurrió a las varias decenas de policías nacionales y locales, a los que les gritaron 'mercenarios'. En la calle, cortada al tráfico, hubo un importante despliegue policial con cinco furgones.


AGRADECIMIENTOS

Sobre las cuatro de la tarde, tras comunicarse por segunda vez que la comisión judicial había desistido en el desalojo hasta que no se garantizasen las condiciones de seguridad para hacerlo, Aurelia Rey salió a la calle para agradecer el apoyo mientras era recibida con gritos de 'Aurelia, Aurelia' o 'el pueblo unido jamás será vencido'. La anciana, que ha reconocido que estuvo 'un poco intranquila' por lo que estaba sucediendo y que llegó a empezar a recoger sus cosas por temor a que la echaran, ha afirmado que lleva desde el año 1999 'peleando' con los propietarios. También atribuyó el desahucio a un intento de echarla de la vivienda, situada en el centro de la ciudad y por la que paga una renta de 126 euros con una pensión de 356 euros.

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