Francisco Vázquez: “El PSOE actual es algo nuevo con unas siglas históricas"

Francisco Vázquez mira hacia el paseo marítimo que impulsó como alcalde y lleva su nombre en A Coruña.
photo_camera Francisco Vázquez mira hacia el paseo marítimo que impulsó como alcalde y lleva su nombre en A Coruña.
El exalcalde de A Coruña presenta su libro “1001 Historias Romanas de la Batalla de Lepanto, Política y Diplomacia"

Francisco Vázquez fue alcalde de A Coruña desde 1983 hasta 2006, diputado constituyente, embajador de España ante la Santa Sede, distinguido como Caballero de la Orden del Imperio Británico y acaba de ser nombrado embajador del Ejército de Tierra. Este miércoles presenta libro y pronuncia una conferencia en el Museo Histórico Militar de A Coruña sobre la batalla de Lepanto.

Al pedirme en el periódico que lo entrevistase por un libro creí que se trataría de sus memorias, pero no deja de sorprender. Tanto tiene una colección de cómics envidiable como ahora presenta “1001 Historias Romanas de la Batalla de Lepanto, Política y Diplomacia". ¿Cómo se ha metido en esta batalla?

Hace unos meses el Ejército de Tierra tomó el acuerdo de nombrar a una serie de embajadores para difundir su valores. Para mí fue un honor. Me pidieron que pronunciara una conferencia sobre la batalla de Lepanto porque se celebra el 450 aniversario de un acontecimiento decisivo en la historia de Europa. Acepté, pero desde una perspectiva vinculada a mis conocimientos. Los militares y sobre todo los navales son muy limitados, pero sí me interesó saber los antecedentes políticos y todo el tramado diplomático para formalizar una alianza entre los países cristianos para combatir la amenaza turca. Y todo visto desde Roma. Soy un enamorado de Italia y de Roma, incluso desde antes de ser embajador de España ante la Santa Sede. Para la conferencia reuní tantos datos y fichas que al final decidí convertirla en un libro. Un libro ameno, porque no es ni de un historiador, lo quiero subrayar, ni siquiera de un estudioso e investigador de la historia. Soy un mero divulgador, un lector que pretende explicar el porqué de las cosas.

Chesterton escribió un poema donde reconoce que con la Liga Santa España ganó la libertad para Europa y Borges dijo que Lepanto es una de las páginas de la historia que las generaciones del futuro no dejarán morir.

En España vivimos una situación iconoclasta respecto a nuestro pasado, profundamente sectaria, y se omiten año tras año celebraciones importantes como si hubiese complejo. Lepanto es, si no la más, una de las páginas más importantes de la historia de Europa. Si en Lepanto ganan los turcos, que hasta entonces habían ganado todas las batallas navales, evidentemente hubieran desembarcado en Italia, dominado Roma y hoy San Pedro sería como Santa Sofía: una mezquita. Y después hubieran acabado con Viena. ¿España hubiese aguantado? Pues no lo sé. Lepanto es un momento clave y determinante. Derrotado el turco abandona el escenario del Mediterráneo y los intereses económicos y políticos se centran ya en el Nuevo Mundo. Es un choque de civilizaciones, la consecuencia del enfrentamientos entre dos modos de entender la vida y la convivencia marcados por el islamismo de una parte y la cultura clásica grecorromana con el aditamento cristiano que representaba la civilización europea. En aquel momento España era la primera potencia del mundo, temida y reconocida. Ya lo éramos en la época de Carlos V y lo fuimos mucho más en la de Felipe II.

La gran potencia actual, EE UU, se ha retirado de Afganistán y todos han ido detrás.

Eso ha sido no sólo un error tremendo, sino una desmoralización para todos los sectores islámicos que quieren modernizarse haciendo compatibles los valores del islam con los de la democracia y la tolerancia. Se han quedado totalmente machacados. No hay que ser un geoestratega de Harvard para darse cuenta que de que dentro de uno o dos años Afganistán será la base del terrorismo internacional.

De las “cosas de Paco" como se referían a usted en el PSOE cuando votaba en contra del aborto o criticaba el Estatut, se va a pasar a “las batallas de Paco". ¿Va a seguir predicando?

En Ourense recordarán que antes de la pandemia di una conferencia sobre la presencia de gallegos en la Segunda Guerra Mundial que además creo que les gustó. Me entretiene mucho trasladar al papel muchas de las cosas que considero que sirven para reflexionar. Todas las iniciativas que se están permitiendo en materia educativa, en materia lingüística o en materia fiscal a comunidades que tienen el objetivo conseguir independizarse lleva a una situación dramática a 15 años vista en cuanto a la continuidad de España como proyecto nacional.

¿Cómo anda el embajador de diplomacia?

Cuando era alcalde lo dije alguna vez: el político tiene incluso que provocar el debate y está obligado a dar su opinión aun a riesgo de equivocarse. Quien forma su opinión en función de la encuesta no es político, es un detentador del poder. Creo que hoy en España pecamos de ese temor atávico a lo políticamente incorrecto. Nunca he tenido empacho en ocultar mis opiniones y criterios aun a riesgo de estar en minoría.  De hecho ahora no comparto el cambio ideológico y político que ha tenido el PSOE, que es el que ha cambiado, y me fui por eso. Sigo defendiendo los valores de la Transición, de la Constitución y de la socialdemocracia. El Gobierno actual es el Gobierno de coalición socialcomunista –la única excepción del conjunto de democracias occidentales– sustentado por golpistas, partidos filoterroristas e independentistas. El PSOE actual es algo nuevo que tiene unas siglas históricas. Que ahora haga suya una ley totalitaria, fascista, además póngalo así, como la de la memoria democrática es incomprensible. La página le va bien, ¡eh! Pero hablamos poco de Lepanto.

Usted participó con Albert Rivera en una conferencia sobre la Constitución y se lio gorda.

Rivera ha sido uno de los políticos que más se ha equivocado y más responsable es de la situación actual que hoy vivimos por su negativa a buscar un acuerdo con el PSOE en ese momento, pero en aquella época representaba los valores constitucionales sobre todo en Cataluña, donde el PSOE había abandonado el compromiso institucional en aras de ocupar el poder. Recuerdo el acto y que la gente decía después "se va a afiliar". No hombre, además ahora yo tengo más libertad que antes porque como comprenderá ya he cumplido mi etapa pública.

Me dijo un día que era republicano y juancarlista.

Y sigo siéndolo. La deuda con Juan Carlos por establecer la democracia es impagable y lo que está pasando ahora es una auténtica canallada. Se entra incluso en cuestiones de tipo personal. ¿Poco ejemplares? Depende de para quién. Hoy estamos hablando de una sociedad sexualmente abierta, de grupos familiares abiertos y atacamos al rey. En el aspecto económico la responsabilidad hay que pedirla a la Casa Real.

¿Y sus memorias?

Es una asignatura pendiente, pero serán mis impresiones porque las memorias generalmente pecan de ajuste de cuentas y muchas son la autojustificación de un mal político.

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