El control de la contaminación fluvial por la actividad agroganadera arroja datos positivos

El purín no llega al río

Los controles de contaminación de las aguas fluviales por la actividad agroganadera detectan una baja presencia de nitratos y pesticidas en los ríos gallegos. Los análisis realizados en las cuencas del Miño y Xallas, las comarcas con mayor carga de vacuno de leche de Galicia, detectan unas cantidades minúsculas de purín y otros fertilizantes. El Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo confirma lo apuntado por el proyecto europeo Greendairy, que sitúa a Galicia como la región del arco atlántico con menor presencia de nitratos en sus aguas fluviales.
Julio y Maribel revisan, con la ayuda de un avanzado sistema de información geográfica, los lugares en los que convergen las aguas del cada cuenca norte del río Miño y las del Xallas. En el despacho, frente al monitor del ordenador, fijan la ruta que los llevará a recoger muestras de agua en 22 puntos. ’Los lugares seleccionados son representativos de la salud de las aguas de los ríos de dos zonas, en Mazaricos y A Pastoriza, que tienen mucha carga ganadera y gran actividad agrícola. Los puntos se determinan siguiendo un sistema de información geográfica que nos marca las zonas de salida de las cuencas’, explica Julio López, técnico del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) que se encarga de tomar las muestras y configurar las bases de datos del sistema de localización utilizado para este proyecto.

Llegar a esos 22 lugares estratégicos, 14 en el Xallas y 8 en el Miño, no es tarea sencilla. Guiados por el GPS, Maribel y Julio tuvieron que cambiar el utilitario con el comenzaron la misión por un todoterreno que les permite ’atravesar corredoiras y escapar de barrizales’. Necesitan dos días para completar el recorrido de este proyecto que arrancó hace más de un año y medio; realizan análisis mensuales que se convierten en quincenales en épocas de aplicación de pesticidas. En cada parada llenan tres recipientes de medio litro.

Análisis

’El primer bote es para el análisis microbiológico, el segundo -de vidrio oscuro para evitar que la luz degrade los compuestos químicos- es para el análisis de pesticidas y el tercer recipiente es para los análisis químicos’, explica Julio mientras recoge las últimas muestras con su caña particular.

Las capturas de esta particular jornada de pesca no van para la cesta, sino a la nevera. Ahí se conservan a cuatro grados hasta que las muestras se depositan en el laboratorio del CIAM, donde se analiza la presencia de compuestos orgánicos y pesticidas. El agua no se lleva directamente al analizador de líquidos masas, sino que se extraen y concentran previamente los pesticidas que puede contener.

’En los estudios realizados hasta el momento hemos detectado pesticidas en niveles muy inferiores a los establecidos por la Directiva Marco de Aguas la Unión Europea’, explica Thierry Dagnac, investigador francés que lleva varios años trabajando en el centro de Mabegondo. ’En Francia, por ejemplo -explica-, encontramos niveles mucho más altos, tanto en aguas superficiales como subterráneas. La agricultura allí es muy intensiva y hay un impacto sucesivo que se acumula a lo largo de los años. Es el tercer país que más toneladas de herbicida utiliza y, por tanto, es lógico que se detecten concentraciones altas’.

El nivel medio de presencia de nitratos, el principal elemento fertilizante utilizado en Galicia, se sitúa entre los 5 y los 9 miligramos por litro en las cuencas del Miño y Xallas. Son registros muy inferiores a los 25 mg/l que las normas europeas establecen como nivel máximo recomendado o de los 50 mg/l que indican problemas graves de contaminación. Estos niveles ratifican los resultados del proyecto de investigación europeo Greendairy, que en 2006 analizó el impacto ambiental de los sistemas de explotación de vacuno de leche en once regiones del arco atlán tico, desde Escocia hasta Portugal.

Según ese estudio, las aguas superficiales de Galicia son las que cuentan con el índice más bajo de nitratos de todas las de la cornisa atlántica, con una tasa inferior a los 10 mg/litro. Los expertos atribuyen los resultados de este informe a los usos del terreno: un 74% de la superficie se dedica a usos forestales y agrarios extensivos, frente al 14% de superficie cultivada.

Uso racional

’Aquí hay un uso más racional, de lo contrario tampoco se podría mantener el ritmo de cultivos. Aunque hemos detectado algunos meses en los que hay una mayor concentración de ciertos compuestos, siempre está muy por debajo de lo establecido por la normativa europea’, indica Thierry Dagnac.

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