El presidente de la Xunta se comprometió en su programa electoral y lo repitió varias veces durante esta legislatura a presentar una propuesta para reformar el Estatuto. Primero se escudó en que había que esperar a que el Tribunal Constitucional se pronunciase sobre la reforma del Estatut y después en la situación de crisis para aparcar el debate.
En agosto del año pasado el PP comunicó que en esta ocasión tampoco tocaría a pesar de las promesas electorales. Sin Estatuto, con los diputados hablando en castellano en la Cámara gallega, con conselleiros incapaces de expresarse correctamente en la lengua propia del país, como denuncia reiteradamente el BNG, la identidad de Galicia y los símbolos han dado un paso atrás.
Así, otra de las polémicas decisiones del Gobierno de Feijóo fue terminar con la Selección galega de fútbol. Impulsada por el Gobierno bipartito desde la Secretaría Xeral para o Deporte, en manos del BNG, los partidos de la Selección gallega que se disputaron en Santiago, A Coruña y Vigo concitaron el interés de la afición y una respuesta masiva tanto de técnicos y jugadores.
La Xunta decidió cerrar el grigo, la Federación Galega de Fútbol no pudo asumir el coste e incluso el seleccionador Fernando Vázquez, que compartía cargo con un mito como Arsenio Iglesias, criticó con dureza la decisión de la Secretaría xeral para o Deporte e intentó buscar patrocinadores para sacar el proyecto adelante. Galicia jugó su último partido contra Irán. Ocurrió en la Navidad de 2008 y el resultado final de la cita fue de 3-2.
Así, otra de las polémicas decisiones del Gobierno de Feijóo fue terminar con la Selección galega de fútbol. Impulsada por el Gobierno bipartito desde la Secretaría Xeral para o Deporte, en manos del BNG, los partidos de la Selección gallega que se disputaron en Santiago, A Coruña y Vigo concitaron el interés de la afición y una respuesta masiva tanto de técnicos y jugadores.
La Xunta decidió cerrar el grigo, la Federación Galega de Fútbol no pudo asumir el coste e incluso el seleccionador Fernando Vázquez, que compartía cargo con un mito como Arsenio Iglesias, criticó con dureza la decisión de la Secretaría xeral para o Deporte e intentó buscar patrocinadores para sacar el proyecto adelante. Galicia jugó su último partido contra Irán. Ocurrió en la Navidad de 2008 y el resultado final de la cita fue de 3-2.
