SECTOR EMPRESARIAL

Sólo tres de cada diez directivos de empresas gallegas son mujeres

Sonia Pazos, GAIN.
photo_camera Sonia Pazos, GAIN.

En la gran empresa el porcentaje baja hasta el 25% y la situación apenas ha mejorado cuatro puntos en ocho años

nnn  Tan sólo tres cada diez directivos en Galicia son mujeres (35%) y a pesar del raquítico dato la comunidad está entre las cuatro de España con un porcentaje más elevado de mujeres entre los cargos de responsabilidad, según un informe de Asempleo.

Los datos de la Encuesta de Población Activa lo avalan. En Galicia un 34,2% de los directores de pequeñas empresas, departamentos o sucursales son mujeres y en el caso de empresas grandes o medias el porcentaje baja hasta el 25,7%. La situación apenas ha mejorado cinco puntos en el primer caso y cuatro en el segundo en los últimos 8 años. Asempleo señala en su informe que Galicia es una de las cuatro comunidades con mejor situación para las mujeres directivas, junto con Navarra, Castilla-La Mancha y País Vasco.

Los porcentajes en la media española se reducen aún más, en el caso de pequeñas empresas son un 30,9% y en las grandes el 21,7%.

El informe de Asempleo recuerda que España es uno de los países desarrollados de la OCDE con menos porcentaje de mujeres que ocupan puestos de dirección y gerencia. En el primer trimestre de 2014, por ejemplo, mientras que las mujeres directivas o gerentes de empresas suponían un 3,1% del total de ocupadas, los hombres representaban casi el doble, concretamente el 5,8% del total de ocupados. "Una diferencia que, a lo largo de los últimos años, se ha mantenido prácticamente constante -explica la asociación de empresas de recursos humanos Asempleo- y que responde a la mayor facilidad del género masculino a ocupar estos puestos de alta responsabilidad".

El único sector de actividad en el que la mujer tiene un peso mayor que el de los hombres en los cargos de dirección y gerencia es en la administración pública, educación y actividades sanitarias, donde representan el 50,2%.

Otro dato del informe es que las comunidades con un mayor número de empresas por cada mil habitantes cuentan con un mayor porcentaje de mujeres directivas sobre el total de ocupadas, es el caso de Cataluña, Baleares y Madrid. 

“Ser mujer me llevó a tener que demostrar más”

Lina Solla, de Linamar.

 Lina Solla creó Mariscos Linamar, en Cambados, a principios de los 90 y desde entonces no ha dejado de crecer. Recuerda sus inicios "en un sector tradicionalmente masculino" y que "fue difícil encajar con otros empresarios hombres algunos puntos de vista de la gestión del negocio, tal vez por mis inquietudes o mi sensibilidad". Porque ella "quería innovar, quería ofrecer algo bueno y nuevo al mercado y quería hacerlo bien".

Para Lina Solla "ser empresaria y mujer en la parte comercializadora de la empresa fue fácil, me abrieron muchas puertas para darme la oportunidad de comunicarles lo que quería ofrecerles", explica. Pero también recuerda que "en algún momento sentí que el hecho de ser mujer me condicionaba a tener que demostrar más" aunque cree que lo ha conseguido y asegura que "nunca me he sentido discriminada". 

Señala que las trabas que se ha encontrado han sido económicas,  porque "los bancos no creen en los sueños y cuando uno empieza algo lo hace con ilusión". También se queja de la burocracia para tramitación de innovaciones, obras y permisos. 

“La innovación debería tener más mujeres visibles”

Sonia Pazos, GAIN.

 Sonia Pazos es directora de centros tecnológicos de la Axencia Galega de Innovación, su labor es coordinar a estos centros de muy diferentes sectores. Asegura que "en la innovación y la tecnología  apenas hay mujeres visibles" aunque "hay muchas detrás y el peso y el éxito de los proyectos está en manos de mujeres, pero no se ven". Los directores de centros y de proyectos son hombres.

Pero es optimista y cree que "está cambiando" porque "cada vez hay más mujeres en departamentos de producción de las empresas". En este sentido considera que "las empresas son más dinámicas porque lo que prima es la excelencia y la ejecución, lo que va a la cuenta de resultados, por eso ponen a más mujeres en puestos tecnológicos y claves".

Sobre si se ha encontrado techos afirma que muchos, aunque siempre ha puesto por delante que los proyectos salgan. Considera que "las mujeres escapamos de la visibilidad" porque "se nos examina con más detalle y cualquier cosa que hagas eclipsa tu trabajo", así que cree que "se necesita un cambio muy profundo" y "apoyarnos unas a otras". n

“Hay involución de presencia femenina entre artistas”

María Pereira, Cidade da Cultura.

La viguesa María Pereira lleva casi cuatro años como directora de acción cultural de la Cidade da Cultura y observa "cierta involución en la presencia femenina entre artistas, escritores y gestores culturales". Considera que "las mujeres todavía estamos por tener un cuarto propio, recordando a Virginia Wolf (título del famoso ensayo que es una de las piedras angulares del pensamiento feminista), pero también un espacio público propio".

Considera María Pereira que hay "condicionantes culturales en la sociedad occidental" y también "cuestiones relacionados con el ámbito doméstico" que no ve resueltas.

A la pregunta de si se ha encontrado un techo responde "sí y también autocensura" porque cree que "a las mujeres nos cuesta más por el miedo a meter la pata o no estar a la altura".

Asegura que las referencias son muy importantes. Además plantea la necesidad de pararse a pensar si en cualquier acto que se organice "hay mujeres o no" porque "hay grandes artistas, pongámosles el micrófono". 

“He sufrido la famosa brecha salarial”

Sandra Amézaga, de Shwemare.

Sandra Amézaga creó en el año 2009 Shwemare, de comercialización de productos del mar,  y asegura que aunque "las mujeres son uno de los pilares fundamentales de la actividad del sector pesquero" no tienen ese peso. Por un lado las productoras, mariscadoras, rederas, percebeiras u operarias de conserveras que son "invisibles a pesar de ser mayoritarias en esos puestos" y que aceptan su rol de cuidadoras de casa e hijos y, por otro, las directivas del sector que "muchas veces consideran una pérdida de tiempo" la reivindicación femenina.

Sandra Amézaga dice claramente que "he sido discriminada por ser mujer muchas veces, he pagado profesionalmente la elección de ser madre y he sufrido la famosa brecha salarial", afirma tajante. Y es que además señala que "me cuesta creer a las mujeres que niegan esta realidad, puede que haya alguna muy muy afortunada, pero la mayoría tenemos unas cuentas historias de desigualdad que contar".

Llama la atención sobre la reducción de las cuotas a la Seguridad Social para poder emprender. n

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