Stellantis Vigo inició ayer el periodo de consultas de un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y de un ERE (despidos) para su aplicación este año para poder afrontar los vaivenes de la producción por la crisis de los microchips.
El ERTE estará en vigor hasta diciembre y se presenta por un máximo de 90 días de suspensión a título individual para gestionar los días de no actividad en el caso de que se tuviera que parar la producción. Esta medida se utilizará como mecanismo complementario, una vez consumidas otras fórmulas de flexibilidad como la bolsa de horas y la adecuación de jornada.
Por otra parte, se negociará un ERE para un máximo de 100 trabajadores que supondrá la extinción de sus contratos y poder así reconducir el excedente de plantilla -son unas 6.400 personas-. El ajuste está basado en causas organizativas e incluye tanto a personal de estructura como a personal horario.
La comisión negociadora está formada por 10 integrantes por cada parte, entre los sindicatos y la empresa. El jueves 12 de enero continuará la negociación con el fin de alcanzar un acuerdo el día 19.
El ERTE de Stellantis Vigo para 2023 será el quinto de la factoría en los últimos tres años. En 2020 el centro de Balaídos se acogió a dos, el primero en marzo y fue un ERTE covid por causas de fuerza mayor debido al estado de alarma que le obligó a cerrar durante casi dos meses. Ese mismo año aplicó otro por causas organizativas y productivas por el impacto de la pandemia y los vaivenes en la producción. En 2021 y 2022 tuvo otro en vigor otras dos regulaciones de empleo para afrontar la crisis de los microchips que aún se extenderá todo 2023.
Los problemas de abastecimiento de componentes provocaron una caída de la actividad de un 20% el año pasado dejando el nivel de producción en la factoría viguesa en torno a los 400.000 vehículos. No obstante, Stellantis Vigo se coronó un año más como la fábrica de coches más productiva en España.
