Todos buscando al otro Caballero

<p></p>
photo_camera Gonzalo Caballero, poco antes de tomar la palabra ante los miembros de su ejecutiva.

El alcalde de Vigo se cuela en la entronización de su sobrino como secretario xeral del PSdeG al saludarlo Pablo Arangüena desde la presidencia por error y la ausencia de Villoslada pasa desapercibida.

Gonzalo Caballero ha tenido mala pata si se evalúa la proyección mediática de un aspirante a presidir la Xunta de Galicia. En las primarias se coló Cataluña y las secuelas del referéndum independentista. El congreso de su entronización como secretario xeral del PSdeG también quedó empañado por Cataluña y la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Era la oportunidad de colarse en las primeras de los periódicos y en los telediarios para que las personas que no están atentas a los enredos políticos comenzasen a familiarizarse con su cara, sobre todo cuando cuentas con la muleta de Pedro Sánchez, pero Cataluña más que independentista es invasiva en lo que se refiere al interés periodístico. "Tristemente nosotros venimos a lo que diga Pedro de Puigdemont y nada más", confesó una periodista de una cadena de televisión nacional mientras seguía a la carrera los pasos del secretario general del PSOE en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Santiago.

Y cuando no es Cataluña siempre puede aparecer un familiar para hacerte la puñeta. "Aprovecho para saludar al presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, Abel Caballero". La cortesía de Pablo Arangüena desde la tribuna de la presidencia del congreso generó un gran revuelo incluso en la primera fila del auditorio que ocupaba Pedro Sánchez. Aunque la mano derecha de Gonzalo Caballero corrigió inmediatamente el desliz saludando a Alfredo García, presidente de la Federación Galega de Municipios y Provincias, que sí se encontraba en la sala, el personal ya era presa del morbo y buscaba a Abel Caballero y a Carmela Silva en algún rincón del palacio de congresos que les permitiese contemplar lo que estaba sucediendo sin ser detectado por el ojo censor.

Pero en ese momento Carmela Silva acababa de subir a una red social una fotografía en otro acto, según se apresuró a mostrar un colega en la tribuna de prensa. Descartada tan notable presencia, también se pasó por alto la sensible ausencia de Juan Manuel Díaz Villoslada en la clausura del congreso en el que no consiguió integrar a nadie de su equipo. A pesar de contar con el 42% de los apoyos en las primarias, el equipo de Villoslada se quedó fuera de los órganos de dirección del PSdeG, hasta del Comité Nacional "al que se va a dar tabaco y poco más", en palabras de un dirigente con costra en eso de las luchas internas.

En el momento de la votación de las listas a los órganos de dirección hubo incluso un amago de polémica, ya que a algún partidario de Villoslada le pareció mal que los folios en los que aparecía el nombre de los candidatos estuviesen al lado de los que estaban en blanco y a la vista de todos. "Así no se puede votar con libertad porque quedas señalado", protestó mientras señalaba una cabina vacía y sin papeletas que fue ocupada por algún periodista para tomar notas.

Acabó un congreso en el que Gonzalo Caballero ya tiene a su "exército imparable". El nuevo secretario xeral de los socialistas gallegos recurrió en varias ocasiones a la metáfora bélica y un delegado preguntó a su compañero de asiento si había hecho la mili. Caballero llamaba a filas.

Te puede interesar