La Guardia Civil vigila los más de 180 kilómetros de carreteras convencionales de alto riesgo por su accidentalidad
Las carreteras convencionales se han convertido en prioridad para la Dirección General de Tráfico, tras detectar en los dos últimos años que aglutinan más del 80% de los accidentes. En el área de Vigo, una quincena de tramos están actualmente vigilados por radares móviles, cuya ubicación es pública para los conductores, después de la decisión adoptada hace un año por los responsables de Tráfico.
Esos quince tramos con vehículos de la Guardia Civil se suman a otra decena de radares fijo encargados de regular la velocidad en las autovías A-52 y A-55, en la AP-9 y el Corredor del Morrazo.
Los tramos objeto de vigilancia conectan los principales municipios entre sí y con Vigo.
En concreto, cuentan con radares móviles la N-120, entre los kilómetros 630 y 651, en el tramo que conecta Porriño con Ponteareas. La N-550, entre Porriño y Pontevedra es una de las vías con mayor vigilancia. Además de los radares fijo situados en los kilómetro 90 y en el 146, la Guardia Civil vigila con dispositivos móviles otros cuatro tramos, de unos siete kilómetros cada uno en ambos sentidos.
El otro punto de atención se centra en las vías que unen Porriño, Tui, Tomiño y Gondomar, Vigo, Baiona, A Guarda así como Porriño y Salceda, o la PO-400 desde Salvaterra al límite con Ourense.
En total son más de 180 kilómetros de carretera convencional de especial riesgo por su elevada siniestralidad relacionada en un porcentaje muy elevado de casos con el exceso de velocidad.
La intención de la DGT es ir variando la ubicación de los radares móviles en función de su efectividad con el objeto de reducir la siniestralidad en los miles de desplazamientos por el área de Vigo.
Aunque tal y como anunció Tráfico, los controles de velocidad se pueden consultar a través de la página web de la DGT todavía falta por colocar las señalizaciones en la propia vía para avisar a los conductores. El 88% de los accidentes de tráfico se registraron en 2015 en vías convencionales
En 2015 las carreteras de gallegas registraron un total de 88 accidentes mortales (13 menos que en 2014), que produjeron 91 defunciones (19 menos que en el año anterior). Los datos de 2015 suponen, además, un descenso de hasta el 76% de víctimas en Galicia desde el año 2000. Aún así, el 88% de los siniestros registrados tuvieron lugar en carreteras convencionales, algo que también se hace extensible a la provincia de Pontevedra.
El balance destaca además que el 45% de los siniestros mortales se debieron a una pérdida del control del vehículo y salida de vía, relacionados con el exceso de velocidad y las distracciones, mientras que como segunda causa se sitúan las colisiones por alcance.
Los atropellos y los accidentes con víctimas motoristas también han tenido un alto índice a lo largo del pasado año.
