Rueda recuerda que la Comunidad gallega se mantiene perimetrada, lo que incluye al país vecino
El vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, subrayó ayer que pese a la reapertura de las fronteras entre Portugal y España, Galicia "sigue perimetrada y, por tanto, la entrada y salida" de la comunidad "tiene que ser por causas justificadas". Así respondió a preguntas de los periodistas durante un acto desarrollado en Vigo, en el que mantuvo que, "a día de hoy, Galicia, igual que casi todas las comunidades autónomas, sigue perimetrada" lo que "incluye también la parte de la frontera con Portugal".
En este marco, reiteró que la Xunta ha remitido una carta al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y al delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, "recordándoles" que "mientras no se levante esa medida" la comunidad mantiene su cierre perimetral, "y por tanto, las causas de desplazamiento con Portugal tienen que ser justificadas". A mayores, indicó que en esa misiva el Gobierno gallego pidió la colaboración de la Guardia Civil y de la Policía Nacional para garantizar que se cumplan "esos requisitos mientras estén en vigor". "Si queremos ser coherentes, mientras las medidas sigan así deben ser mantenidas y respetadas", selló.
Confusión
La reapertura de la frontera entre España y Portugal, esperada como agua de mayo por los municipios gallegos y portugueses a ambos lados de la Raia, no se ha traducido, al menos inmediatamente, en el flujo transfronterizo al que el territorio estaba acostumbrado antes del cierre, lo que la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) do Río Miño atribuye a la “confusión” entre administraciones. “Ha habido mucha confusión por los cruces de declaraciones contradictorias entre la Xunta de Galicia y el Estado”, señaló ayer el vicerrector de la AECT do Río Miño, Uxío Benítez, que lamenta que “no haya una información certera por parte de ambos”.
Desde que el pasado jueves el presidente de Portugal anunciase que en la madrugada del sábado se reabría la frontera con España se sucedieron las interpretaciones de lo que podían hacer gallegos y portugueses a ambos lados de la frontera. Mientras la Xunta pedía al Gobierno que garantizase los controles de seguridad fronteriza y el cierre perimetral de la comunidad, el Gobierno daba por abierta la frontera, lo que, en teoría, permitiría a un gallego no sólo viajar a Portugal, sino hacerlo incluso a Andalucía cruzando el país vecino en coche.
En todo caso, la consecuencia inmediata fue que portugueses y gallegos no se atrevieron a cruzar, por si acaso, o lo hicieron rodeados de incertidumbres, aunque los controles, efectivamente, han desaparecido. Tal vez por eso, el ambiente durante el fin de semana y ayer, no fue el de antes del cierre, el pasado mes de enero.
Queda claro ahora que “la Xunta no tiene competencias entre Estados”, señala Benítez, quien recuerda que “lo importante es el daño que se generó en estos tres meses y esperamos que la Xunta no se obsesione con crearnos una nueva frontera”. “Si los Estados dicen que abren, obsesionarse en la perimetración, que va a influir en el comercio transfronterizo, nos parecería un error de la Xunta”, apunta Benítez, que insiste en que “este territorio está en ruina absoluta” por lo que considera un “fracaso” político.
“Llevamos 25 años hablando de una Europa sin fronteras, de que todos somos europeos, y de repente, llega una problema global, no local, y desencadena un regreso a un control de fronteras acabando con todo el trabajo de 25 años”, lo que en su opinión “evidenció el fracaso de las políticas de construcción europea”. Benítez insiste en que no hay ninguna razón médica ni epidemiológica que justificara el control de la frontera, “que era administrativo, de papeleo, no sanitario”, y apunta la incongruencia de que se pudiese viajar a Lisboa desde Madrid pero no a Valença desde Galicia.