El elevador de Camelias hizo ayer las últimas pruebas con resultado satisfactorio y está listo para su inauguración inmediata
La primera “calle vertical” de Vigo se pone en marcha con el ascensor que une Camelias con Menéndez Pelayo y Pi y Margall, que debería ser el primero –o el segundo, si cuentan la escaleras de Porta do Sol- de una serie de 20 actuaciones similares para hacer más accesible una ciudad de orografía tan compleja.
La puesta en marcha del elevador de Camelias se ha venido atrasando pero ayer se realizaron las últimas pruebas con resultado satisfactorio, por lo que ya está listo para funcionar a pleno rendimiento y salvar un desnivel de 20 metros. Recorre 32 metros y tiene capacidad para 25 personas, lo que permitiría el desplazamiento de 1.700 ciudadanos cada hora si tuviera un uso masivo.
El elevador, que discurrirá inclinado por la pendiente, fue construido en Vigo. La cabina es acristalada de forma que permite a los usuarios disfrutar de las vistas a la Ría en la "calle vertical". Puede dar cierto vértigo. Tiene tres paradas, una de ellas para dar servicio a un edificio a mitad del trayecto. La obra se adjudicó por 490.000 euros y abarca 523 metros cuadrados.
En teoría, tendría que ser el primero de otras iniciativas similares, ya probadas con éxito en ciudades de difícil orografía, como Oporto, Tarragona, Ponferrada o Vitoria. El ascensor permite salvar sin dificultades la actual trinchera y facilita la comunicación entre la falda del Castro y Beiramar, distantes unos 300 metros, pero ahora mismo un camino complicado que lleva al uso masivo del coche. Y con ello a mayor contaminación atmosférica y acústica.
El proyecto de Vigo Vertical también incluiría el elevador desde O Berbés hasta O Castro, cuyo coste alcanzaría los cinco millones de euros. En total, hay 20 actuaciones planteadas que exigirían una inversión estimada de 14,5 millones. También se plantea extender las escaleras mecánicas de Porta do Sol en el tramo que falta, hasta calle Placer.
